El congreso de refundación de Convergencia está resultando un grave traspiés para Artur Mas. De entrada, se ha cargado la dirección del viejo partido y eso ha generado diversas corrientes críticas. Todo el mundo, "talibanes" y "moderados" están sublevados. El organigrama presentado por Mas no incluye el cargo de secretario general, al que aspiraban los líderes de ambas banderías. El expresidente de la Generalidad quiere el control de las riendas y las manos libres para el nuevo proyecto político.
Su discurso ha sido bien recibido por la militancia, aunque sin grandes demostraciones de entusiasmo. Acaban de escuchar a Xavier Trias, exconsejero de la Generalidad y exalcalde de Barcelona, que reivindicó la figura de Pujol. Mas, en cambio, rehusó la nostalgia y apostó por enterrar las viejas siglas. No queda claro que esté en mayoría. Muchos sectores y líderes secundarios del partido abogan por mantener Convergencia en el nombre, opción que representa la marca "Catalans Convergents". Sin embargo, Mas y sus nuevo afines, entre ellos el director de comunicación de la formación, Jordi Cuminal, pretenden desprenderse del pasado con el nombre "Més Catalunya".
De esta manera, el primer acto de la refundación de Convergencia ha acabado como el rosario de la Aurora, con la decisión de crear una comisión para decidir y definir el nombre. Un importante sector de la militancia se ha sublevado ante los hechos consumados y ha abandonado el cónclave. Ante el cisco y el cisma, los organizadores han replicado con la creación de una comisión que deberá analizar la cuestión.
Lo más probable, según los comentarios a las puertas del cónclave, es que la decisión sobre el nuevo nombre no se dilucide hasta dentro de dos fines de semana, cuando se elijan también los nombres propios de la nueva dirección.
Así pues, Convergencia, fundada en 1974, acaba con un pollo monumental, quejas de los militantes y críticas de los compromisarios. Los dos nombres propuestos por el equipo de Mas no molan y menos aún la ausencia de debate al respecto. Por ejemplo, la alcaldesa de Sant Cugat y presidenta de la Diputación de Barcelona, Mercè Conesa, ha cargado contra la denominación "Catalans Convergents" porque no recogía el género femenino.
Así pues, la gran noticia de la primera parte del congreso convergente, el nombre del partido, tendrá que esperar.
A última hora de la noche, la presidenta del congreso, Marta Rivera, ha explicado que la cuestión ha quedado aplazada y se buscarán más nombres.