El escándalo en la Convergencia terminal es de proporciones críticas. Ni Josep Rull, ni Lluís Coromines, ni Francesc Sánchez, ni siquiera Francesc Quico Homs, formarán parte de la dirección del partido que prepara Artur Mas. Las características del proyecto han sublevado a una parte de CDC por el carácter personalista que tendrá el nuevo partido, así como por la purga, que Mas justifica en el hecho de que todos tienen que renovarse menos él.
Mas ha decidido que será el presidente y dispondrá de una vicepresidenta, que con toda seguridad será Neus Munté, actual portavoz del gobierno catalán. Ese será el tándem ejecutivo. Por debajo, ni secretario general, ni de organización, ni nada. Una ejecutiva compuesta por doce miembros será el escalón posterior de la estructura organizativa.
El expresidente de la Generalidad cree que su propuesta será aprobada por aclamación, dado su carácter de supuesta víctima propiciatoria de la teoría de la guerra sucia del Estado, al hecho de que puso las urnas el 9-N y a que aceptó ser sacrificado en la pira de la CUP por el bien del "proceso".
Sin embargo, la aniquilación del núcleo duro de CDC, que no tiene plaza en la ejecutiva de los doce, calienta las vísperas del congreso que comienza mañana. Tampoco estará el sucesor en la presidencia de la Generalidad, Carles Puigdemont. Mas no quiere que nadie le haga sombra y a su vez teledirigir la acción del ejecutivo autonómico a través de Munté. Además se adorna con la propuesta de que la dirección "bicéfala" sea siempre paritaria.
Dado que se ha cargado de un plumazo la secretaría general, Jordi Turull y Germà Gordó, los dos aspirantes al cargo, se han quedado en simples opositores a entrar en el grupo de los doce. Mas es partidario del sector Turull puesto que Gordó es considerado un "moderado" que quiere alcanzar la independencia por vías legales. Ahí entrarían los nombres de David Bonvehí, Marta Pascal y otros jóvenes que formarían la coartada de la renovación.
Este viernes se decidirá en teoría el nombre del partido. Sábado y domingo se dejarán para la compostura organizativa. Será la primera parte de un congreso que se reanudará dos semanas después para cortar el bacalao de los nombres propios.
Mas se carga a toda la dirección de CDC y se propone como líder del nuevo partido
El expresidente de la Generalidad idea un nuevo organigrama en el que habrá una vicepresidenta, Neus Munté, pero no secretario general.
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