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Rajoy avisa a la cúpula del PP de que "la clave" es el PSOE y no Ciudadanos

Públicamente, alerta de la posibilidad de otras elecciones. A los suyos les dice que mantendrá "la discreción", pero el PNV confirmó una llamada.

Mariano Rajoy cree que sigue teniendo el control de la situación política. Al menos, de momento. "Está muy tranquilo", deslizaron quienes despacharon con él este lunes, en la primera reunión del Comité de Dirección tras el 26J. A puerta cerrada, se mostró confiado de que finalmente habrá Gobierno, con él a la cabeza, aunque los vetos parecen mantenerse intactos una semana después. "La alternativa son unas terceras elecciones", vino a avisar, según varios integrantes del órgano interno.

Para evitar otros comicios, Rajoy confirmó que se encuentran ante una etapa de "máxima discreción y prudencia", en la que el objetivo principal pasa porque el PSOE acabe moviéndose y se siente a negociar. Hasta tres miembros de la cúpula, en conversación informal con este diario, hicieron hincapié en que la clave pasa por los socialistas y no por Ciudadanos. "Vamos a apelar a su responsabilidad y sentido de Estado sin presionarlos sobre plazos o decisiones", concretaron al más alto nivel, y así lo transmitió públicamente Pablo Casado, que junto a Cristina Cifuentes siempre ha defendido no dejar de lado al partido naranja. Además, a la espera de que se celebre el Comité Federal, continuaron opinando que el mutismo de Pedro Sánchez "puede ser positivo".

Si Rajoy dijo algo en la reunión interna sobre su agenda, nada salió de la boca de sus portavoces. Más al contrario, aseguraron que él no quiso desvelar los contactos que está manteniendo y ningún integrante del Comité se animó a preguntarle. "Lo único que sé es que está llamando -a distintos actores políticos- y no lo está contando", en palabras de un interlocutor directo. Ante los suyos, el presidente en funciones se dio hasta la constitución de las Cortes, el próximo día 19, para mantener distintos contactos, ya sean públicos -como el de este martes con el presidente de Canarias- o discretos. A última hora de la jornada, el PNV confirmó una llamada de Rajoy para cerrar un encuentro.

En todo caso, subrayaron las fuentes consultadas, Sánchez ya sabe que, si él quiere, apenas habrá líneas rojas a la hora de negociar. La meta "es pactar -con el PSOE- la Mesa del Congreso y un plan de Gobierno, incluidos los Presupuestos Generales del Estado", según el entorno de Rajoy. Es lo que el presidente denominó "un acuerdo de mínimos", en el que también incluyó fijar el techo de gasto de las Administraciones Públicas y cumplir con los compromisos europeos.

Antes de reunir al Comité de Dirección, a Rajoy se le organizó una visita al centro de producción de cerveza Mahou-San Miguel que está en Guadalajara para que pudiera sacar pecho de los datos del paro y de afiliación a la Seguridad Social, que desde hacía días sabían que eran buenos. Y, utilizando como percha la creación de empleo, el líder del PP reclamó una vez más apoyos para conformar un Ejecutivo "estable".

España "necesita un Gobierno" a la "mayor celeridad posible, urgió Rajoy. "Un Gobierno con estabilidad que pueda gobernar, generar confianza y conseguir el gran objetivo de crear dos millones de empleos en la próxima legislatura", continuó, no sin recetar de cara a la negociación "poner en común aquello en lo que estamos de acuerdo y aparcar aquellos temas en los que tengamos discrepancias".

De lo contrario, a micrófono encendido, alertó de que el país podría vivir unas terceras elecciones. "Un disparate de extraordinarias proporciones", según sus propias palabras, del que él no se consideraría en ningún caso responsable, toda vez fue quien ganó el pasado 26J aumentando en escaños y número de votos. "Son ellos los que se tienen que mover", reiteró su entorno, en relación principalmente al PSOE. "Rajoy está en plena forma", avisó Casado a navegantes.

En Génova, apenas se planteó nada sobre Ciudadanos, más allá de que tendrá un hueco en la Mesa de la Cámara Baja. En caso de acuerdo con el PSOE, las fuentes consultadas dieron por descontado que se invitará a Albert Rivera "y éste aceptaría". Pero, si Sánchez se mantiene en el 'no' y ni se abstiene, en la dirección nacional reconocen que el camino se vuelve más oscuro, aunque haya pacto con el partido naranja. Un sector del partido ve, por ejemplo, más complicado acordar con el PNV "ahora que están metiendo incluso a los presos" de ETA.

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