Ha llegado hasta él tantas veces y ha desistido de cruzarlo tantas otras, que ya nadie sabe cómo interpretar la actuación de la trianera perdedora de las elecciones en Andalucía. Pero se vislumbra que ha elegido el que es su peor momento para dar el zarpazo definitivo al liderazgo de un Pedro Sánchez que es la segunda vez consecutiva que saca el peor resultado del PSOE en la historia. Y no ha dimitido, como sería menester en un partido sensato.
Ayer, Libertad Digital demostró que la historia electoral del PSOE de Andalucía es la historia de una paulatina decadencia que Susana Díaz no ha sido capaz de detener aunque, tal vez sí, de contener en límites admisibles. Tras haber perdido las elecciones generales en Andalucía, pérdida que atribuye al candidato Sánchez puesto que ella – ha dicho -, no ha sido la candidata, parece que, de nuevo, está en la ribera Sur de este Rubicón socialista para cruzarlo de una vez para siempre.
En su contra tiene sus propios resultados perdedores, los resultados a la baja de sus aliados internos y la incertidumbre de un diagnóstico que no puede asegurar que con ella y su equipo cambie la tendencia autodestructiva del PSOE a escala nacional en un momento de convulsión nacional e internacional.
En su favor, que es evidente que Pedro Sánchez baja y baja elección tras elección, que su manera de tratar al adversario político principal no ha sido ejemplar, que su acercamiento inicial a Podemos ha sembrado el miedo entre los socialdemócratas de verdad y que es la única que ha preparado el terreno elaborando una estrategia de imagen y relaciones públicas con positivos resultados.
Deduce El Mundo que su actitud desde el momento siguiente a conocerse los resultados electorales ha sido evidente. Por ejemplo, la precisión de su mensaje. "El 26-J llevaba por escrito su intervención y no admitió preguntas. En la mañana del lunes no se salió ni un milímetro del guión establecido con sus asesores." Pero ya no habla de cuestiones orgánicas sino de algo más grande, "la reconstrucción del PSOE" en España, en lo que es obvio que lleva razón.
Tampoco ha pasado desapercibido que advierta a sus compañeros andaluces de Ejecutiva que tal vez haya otra reunión previa al Comité Federal del 9 de julio.
Hay un factor que explicaría aún mejor la decisión de Susana. En números, PP y C´s han sumado 30 escaños por 31 PSOE y Podemos. Extrapolando resultados a unas autonómicas, es más que probable la posibilidad de que en unas próxima elecciones andaluzas, el PSOE no logre obtener mayoría absoluta con el apoyo de Ciudadanos, que ya no sería suficiente. Ello pondría al PSOE andaluz en la órbita de influencia de Podemos en el futuro , algo que hace rechinar los dientes de Susana Díaz y que sólo puede resolverse desde la dirección federal.
El Rubicón ataca de nuevo
Es la hipótesis más fundada y en ella, tras el peligro de muerte percibido, parece evidente que el PSOE está "chungo" de liderazgo y ha perdido su posición histórica en la política nacional. Es lo que ya señaló ella mima cuando lo pretendió en 2014 y frustró Alfredo Pérez Rubalcaba, que se sacó de la chistera a Eduardo Madina como posible candidato y logró que Díaz se replegara no sin antes poner a Pedro Sánchez como etapa intermedia.
Ahora, parece que la cosa va en serio y tratará de compatibilizar la Secretaría General del PSOE con la Presidencia de la Junta hasta las próximas elecciones, calculando una legislatura corta de unos dos años, vaticina El Mundo.
ABC vislumbra que, tras la negativa al enfrentamiento actual y abierto, con la dirección federal de su partido, está la intención de pelear contra Sánchez por el liderazgo socialista. Y aporta: "Los mensajes de la secretaria general de los socialistas andaluces sobre la posición que debe adoptar el PSOE en el debate sobre la formación del futuro Gobierno de España no admiten muchas dudas.
Desde la noche electoral, Susana Díaz viene reiterando que el lugar en el que han puesto los electores al PSOE es en la oposición y que es Rajoy el que debe dar el paso de buscar alianzas para asegurar que saca adelante su investidura. En ningún caso llevar al país a unas terceras elecciones, algo "impensable" que sería "infame". "Este aviso va para un náufrago Sánchez que podría tener la tentación de unirse a cualquier tabla, Podemos incluso, para salvarse. De hecho, los mensajes de los allegados a Sánchez son negar de nuevo el pan y el agua a Mariano Rajoy que está 52 escaños y dos millones largos de votos por delante.
Desde la oposición, expresa la trianera "toca reconstruir un proyecto auténticamente atractivo y con credibilidad suficiente para salir de la oposición en la que nos han situado los ciudadanos" y añade la aspirante que "este país merece que el PSOE se reconstruya, se levante y vuelva a ser un proyecto mayoritario que le ofrezca a este país un gobierno distinto, alternativo, que sea capaz de recuperar derechos, de situar a España en el contexto europeo y en el mundo, que garantice la cohesión territorial y, sobretodo, la recuperación social de quienes tanto han sufrido."
O sea, nada de formar parte de coalición alguna de Gobierno porque, subraya, " parece evidente que, sin con 90 escaños no fuimos capaces de formar Gobierno, pues con 85 nos han mandado a la oposición. Tenemos que ser coherentes y ver por qué después de tanto daño, los ciudadanos le han dado más votos al PP". Y crucifica: "No seré yo quien enmiende la voluntad de los ciudadanos el pasado domingo".
Por concluir, Susana Díaz ya se ha referido a la falta de credibilidad de un proyecto socialista y al daño que han hecho al PSOE sus acrobacias con Podemos al que considera incompatible con la "idea de España" de los socialistas y de la mayoría de los españoles. Por si fuera poco, argumenta que son los 530.000 votos de ventaja que el PSOE andaluz ha sacado a Podemos en Andalucía los que han salvado al PSOE del "sorpasso".
O sea, que Susana vuelve a la ribera sureña del Rubicón para cruzar definitivamente a la ribera de Ferraz.