Los titiriteros no cometieron enaltecimiento del terrorismo. Después de casi 5 meses de investigación, el mismo juez de la Audiencia Nacional que los envió cinco días a prisión provisional ha descartado la perpetración del delito. Ismael Moreno considera que la exhibición de la pancarta con el mensaje "Gora Alka-ETA" no es suficiente puesto que los actos de justificación tienen que "estar dotados de una publicidad de cierta calidad y capacidad incidencia con una línea clara de concreto apoyo a acciones específicas de carácter terrorista". Al mismo tiempo, el magistrado se inhibe a favor de los Juzgados de Madrid para que investiguen un posible delito contra los derechos fundamentales de los espectadores cometido por los propios autores de la obra.
Ismael Moreno actúa de acuerdo con el Ministerio Fiscal y culminado ya el conjunto de diligencias requeridas por las partes. Ha analizado en profundidad los hechos ocurridos el pasado 5 de enero en Tetuán, con motivo del carnaval de Madrid. La Dirección General de la Policía notificó una serie de quejas relacionadas con la representación de una obra, "La Bruja y Don Cristóbal", por parte de la compañía "Títieres desde abajo". Según manifestaron los asistentes, se simularon escenas ofensivas como el ahorcamiento de un muñeco vestido de juez, el apuñalamiento de una monja con un crucifijo o el apaleamiento de varios policías. Las asociaciones Dignidad y Justicia y Víctimas del Terrorismo y la representación procesal de Rodríguez Menéndez presentaron querella contra los titiriteros Alfonso Lázaro de la Fuente y Raúl García Pérez.
Practicada la prueba, la Fiscalía ha concluido que "no concurre la intencionalidad exigida respecto al delito de enaltecimiento del terrorismo", pero sí de forma indiciaria otro contra los derechos fundamentales "al representar los investigados públicamente y en presencia de menores de edad, actos de violencia contra la institución religiosa, el poder judicial y las fuerzas de seguridad. El informe del Ministerio Público desgrana la trama de la obra:
"Gira alrededor de un guiñol vestido de bruja, que queda embarazada por el propietario que le había arrendado su vivienda, al que mata tras haberla violado. Como consecuencia de la violación nace un bebé y los actores hacen aparecer un guiñol vestido de monja que trata de arrebatarla el niño. Los actores escenifican la violación de la monja y su apuñalamiento con un crucifijo hasta representar la muerte de la monja…
...En la siguiente escena, aparece un guiñol vestido de policía que golpea a la bruja hasta dejarla inconsciente y elabora una prueba falsa colocando sobre el cuerpo de la bruja, una pancarta con la leyenda Gora Alka-ETA -juego de palabras que hace referencia a las organizaciones terroristas Al Qaeda y ETA-, con el propósito de ser acusada ante el Juez. Finalmente, el Juez juzga a la bruja y la condena a muerte, pero ella empleando una argucia engaña al juez, que mete la cabeza en la soga y la bruja lo ahorca".
El Ministerio Fiscal baraja la posibilidad de que los titiriteros hayan vulnerado el artículo 510 del Código Penal que sanciona a "quienes lesionen la dignidad de las personas mediante actos que entrañen humillación, menosprecio o descrédito", especialmente en este caso cuando el público estaba formado por menores de edad. Con todo, la Audiencia Nacional pierde la competencia para instruir la causa -se legitima en determinados delitos como los relacionados con el terrorismo- y la deja en la mesa de los Juzgados de Madrid para que resuelvan con la continuación del procedimiento o el archivo del mismo.