A primera hora de la mañana, el candidato del PSOE se limitaba a dar su "opinión personal": "Yo creo que debería dimitir", ha dicho en una entrevista radiofónica en la que no ha querido hacer una petición formal de dimisión del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por el escándalo de las grabaciones.
Lo mismo hacía unas horas más tarde en su primer mitin del día en Cáceres donde decía sentirse "avergonzado por la actuación del titular de Interior" y, convencido de que "no va a dimitir, como Rajoy no dimitió tras enviar el sms a Bárcenas", pedía "a los votantes progresistas hacer dimitir en bloque al Gobierno del PP el 26 de junio".
No ha sido hasta que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, hiciera su petición al ejecutivo de cesar de forma fulminante" al titular de la cartera de Interior cuando la dirección del PSOE ha reaccionado convocando un acto improvisado en agenda: una declaración institucional a las 14:00 horas donde sí ha pedido formalmente la dimisión del ministro. "Fernández Díaz no puede seguir ni un minuto más. Si no se va, Rajoy tiene que destituirlo porque si no, Rajoy será el responsable".
Con la máxima solemnidad, traje de chaqueta y corbata roja, en una declaración institucional desde el Parador de Oropesa, el candidato socialista ha augurado "lamentablemente, que Rajoy le dirá 'Jorge, se fuerte'". "Es intolerable que utilice a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para investigar a otras fuerzas políticas en lugar de investigar la corrupción en su partido.
Como un clavo ardiendo al que aferrarse, Sánchez ha calificado de "oportunidad" el escándalo y lo vuelto a utilizar para pedir el voto: "los españoles tenemos una oportunidad de hacer dimitir en bloque al Gobierno de la corrupción del PP". Porque, ha prometido, que si es presidente, "no habrá ninguna injerencia política en la policía ni en los jueces".