Comienza este lunes y se prolongará hasta el próximo viernes 24 por la noche. Los socialistas presumen de haber dejado lo mejor para el final y, en la recta final de la campaña, la última semana, inician una campaña de movilización electoral destinada a su principal objetivo: sacar de casa a los votantes socialistas y rebajar su alto nivel de abstención.
Es uno de los pocos datos que se creen de las encuestas publicadas: que el 26% de los electores decide su voto en la última semana de campaña y que la movilización del PSOE se sitúa diez puntos por debajo de la del PP o Podemos. De ahí que desde este lunes, se lancen a la calle movilizando a sus cerca de 200.000 militantes.
Se repartirán 10 millones de folletos, se realizarán 500.000 llamadas telefónicas, 1.300 actos -doblando los 700 de la primera semana-, y se visitarán 600.000 hogares españoles con el 'puerta a puerta' que ya ha utilizado el propio Pedro Sánchez en Madrid y País Vasco.
No cuantifican sus objetivos, pero sí hablan de precedentes -hubo una experiencia piloto en la ciudad de León en las elecciones generales de 2008-, que les sirve para afirmar que "podría haber un índice de respuesta de hasta un 10% del electorado potencial", que tampoco concretan cuántos son. Fuentes del Comité Electoral explican que "sólo con que responda a la ofensiva un 10% de los abstencionistas se podrían movilizar cientos de miles de votos".
Algo que, según el PSOE, podría ser decisivo teniendo en cuenta que la batalla entre Podemos y el PSOE se juega en "unos 300.000 votos" y que, según sus cálculos, "un punto en porcentaje de voto correspondería -según el nivel de abstencionistas- a aproximadamente la misma cifra, entre 200.000 y 300.000 votantes". De ahí que la prioridad de esta ofensiva movilizadora es total. Más aún cuando en los trackings internos, el PSOE aventaja a Podemos en dos puntos.
"Imposible" el sorpasso en escaños
De espaldas a todos los sondeos publicados, y recordando los errores que los mismos institutos tuvieron en diciembre (el mismo CIS auguró 20 escaños más a Ciudadanos y 40 menos a Podemos), los socialistas niegan el sorpasso de Unidos Podemos en escaños, pero hay menos contundencia en la negativa al hablar de los votos. Ahí esta la batalla, "hay pelea" dicen dejando claro que su opinión, su pronóstico y su esperanza es que "no lo va a haber".
Pero en el caso de los escaños hay argumentos más que actos de fe. "Es técnica y sociológicamente imposible", explican porque "la coalición Unidos Podemos le hace mas daño al PP que a nosotros". Según el reparto de la ley D´Hont, "si los restos le dan un escaño a Podemos se lo quita al primer partido, que es el PP, y no al segundo", que es el PSOE en la inmensa mayoría de los territorios. Dicho de otra forma, este 26J no son unas elecciones sino 52, la batalla es provincia a provincia y el PSOE intenta transmitir que la victoria o el fracaso están en un pañuelo.