El llamado acuerdo de El Abrazo firmado por el PSOE y Ciudadanos, con el que Pedro Sánchez trató de ser presidente del Gobierno el pasado marzo, pesa en la campaña de socialistas y centristas. Cualquiera que viera el debate a cuatro del lunes advertiría la ausencia de roce o de confrontación entre el secretario general del PSOE y Albert Rivera.
Sin embargo, según avanza la campaña no se hacen ni prisioneros, como ha quedado de manifiesto en el desayuno informativo protagonizado este miércoles por el candidato de Ciudadanos, que por primera vez en campaña ha arremetido contra el aparato de Ferraz, fundamentalmente por sus alianzas municipales con las marcas de Podemos: "No me preocupa tanto lo que hacen Manuela Carmena y Ada Colau, sino que les apoye el PSOE. Tienen que decidir si quieren ser un partido socialdemócrata europeo o un partido que apoya el populismo". En Barcelona los socialistas catalanes ya han entrado en el Gobierno municipal mientras que en Madrid es, según la portavoz de Ciudadanos, Begoña Villacís, un "secreto a voces" que se integrarán en el equipo de Carmena después de las elecciones.
Rivera se ha referido al PSOE como "un partido necesario para la estabilidad" pero les ha pedido que no apuntalen "gobiernos populistas" sino que lidere, ha dicho, "una alternativa legítima, socialista y europea".