El ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, considera que el viaje a Venezuela del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, "ha sido intrascendente" y "no ha tenido influencia ni para bien ni para mal" en el país.
En una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press, Margallo se ha expresado así cuando se le ha preguntado si la visita fue un error. También ha confirmado que el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, habló con el Ministerio de Exteriores venezolano para que "no se les ocurriese no dejarle (a Rivera) entrar" en el país, tal como habían amenazado.
Como ha dicho en otras ocasiones, ha explicado que tanto Zapatero como él mismo pidieron a Rivera que considerase si su visita iba a servir a ayudar a Venezuela o no. Según ha puntualizado, fue durante un desayuno en su casa el domingo, la víspera del viaje de Rivera.
Margallo avisó a Rivera de que si le denegaban la entrada en Venezuela, como había amenazado el Gobierno, España "tendría que adoptar medidas" porque su labor es amparar la libertad de circulación de los españoles y más de sus representantes políticos. Zapatero le pidió que reflexionase sobre si iba a servir para acercar a las partes y sentarlas a la mesa de negociación.
Según ha dicho, hablaron en torno a las 10 de la mañana, Rivera dijo que se lo pensaría y volvió a llamarle a las 18.00 horas para decirle que había decidido ir. Entonces, el ministro en funciones activó los mecanismos de protección (superiores a los habituales, Rivera se alojó en la residencia del embajador) llamó a Zapatero y éste a la Cancillería (Ministerio de Exteriores) de Venezuela para que le dejasen entrar.
A juicio de Margallo, en diplomacia "hay que bajar siempre el souflé" y los propios venezolanos entendieron "que hubiese sido una tontería no dejarle entrar", porque habría supuesto más focos y más ruido mediático. "Cuando tienes dificultades, cuantos menos focos mejor", ha añadido.
El ministro en funciones ha insistido en que la situación de Venezuela es enormemente complicada y debe ser tratada con delicadeza para que no derive en un "conflicto social que puede afectar a toda la región".
En ese contexto ha enmarcado la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA), fruto de un esfuerzo de México para conciliar una propuesta de Argentina con la del secretario general, Luis Almagro. El resultado es una "oferta fraternal para buscar todos juntos un cauce de solución". "Es lo que hay que hacer, evitar que el conflicto vaya a más", ha resumido.