Las constantes muestras de hostilidad administrativa y política contra la Constitución, las Fuerzas Armadas y España han propiciado una contundente y plástica reacción por parte de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona. A la manifestación convocada este sábado en la capital se unieron veteranos de otras regiones, así como numerosos ciudadanos deseosos de expresar su apoyo a la Carta Magna, el Ejército y la unidad de España.
Unas tres mil personas bajaron por la Vía Layetana y se detuvieron frente al edificio de la Jefatura Superior de la Policía Nacional. Algunos representantes de los veteranos de la Legión se abrazaron con los policías que custodiaban la entrada. Se dieron vivas a todos los cuerpos y fuerzas de seguridad, incluidos los Mossos d'Esquadra. Algunos asistentes daban ánimos a los agentes autonómicos y municipales que flanqueaban la manifestación. La mayoría sonreía y agradecía las palabras de apoyo.
Insólitas escenas en la Barcelona del proceso separatista. Exlegionarios tocados con el chapiri, con camisas del Tercio o camisetas conmemorativas de las misiones humanitarias del cuerpo, con banderas de España y de Cataluña, estandartes militares, pancartas a favor de la Constitución y otras con el lema "legionarios a luchar, legionarios a morir". Ni una sola salida de tono en el recorrido, seguido por familias con banderas. El Himno Nacional sonó al principio y al final del recorrido. Delante de la Jefatura se cantó el de la Policía Nacional.
Los veteranos no se dejaron a la mascota en casa. La cabra de la Legión fue el objetivo de los focos de los numerosos medios concentrados para seguir la marcha.
En principio, la marcha era para protestar por el proyecto de Ada Colau de desalojar a los veteranos de los antiguos cuarteles de San Andrés, donde la Hermandad comparte espacio con otras asociaciones y grupos. También contra las iniciativas de los ediles socialistas del Hospitalet y Palafolls para impedir que los legionarios participen las procesiones de Semana Santa.
A la llegada a la plaza de San Jaime, las críticas también fueron para Carles Puigdemont, del que pidieron su dimisión. Muchos de los asistentes daban las gracias a Colau en tono irónico. "Gracias alcaldesa, contigo empezó todo", se decían.
En la plaza también se interpretaron himnos militares y hablaron el presidente de la Hermandad, Jesús Cañadas; el sacerdote Custodio Ballester, el párroco que invitó a los legionarios a honrar al Cristo de la Buena Muerte en Hospitalet; el profesor universitario y escritor Javier Barraycoa y el general retirado Blas Piñar Gutiérrez. Todos coincidieron en glosar la relación de la Legión con Cataluña, la españolidad de la comunidad autónoma y en reclamar respeto para la Constitución, el Ejército y las diferente policías.
La Marcha Real volvió a atronar en la plaza, escenario habitual de concentraciones separatistas y sede la Generalidad y del Ayuntamiento. Banderas de España, cánticos legionarios y reivindicaciones tajantes a favor de la libertad y de España.
Se había anunciado una contramanifestación para impedir que la marcha acabara "profanando" la plaza de San Jaime, pero no hubo tal. El despliegue policial era ordinario, sin alardes, pero ningún grupo antisistema o separatista trató de reventar el acto. Insólito mediodía en Barcelona. A las dos acabó la primera manifestación de la historia de veteranos de la Legión. El éxito de público sorprendió a los convocantes, que no descartan más actos de este tipo en Cataluña.