La tecnología no tripulada ha pasado en las últimas décadas de ser concebida como algo próximo a la ciencia-ficción a ser una realidad. Como muestra, la consolidación de la feria Unvex, que con periodo bianual exhibe en Madrid las últimas novedades de este pujante mercado. Unas soluciones que están dirigidas tanto al campo militar, principal precursor de los sistemas no tripulados, como al civil, que empieza a tener un crecimiento imparable.
Desde el pasado martes y hasta el mañana jueves, 48 de las mejores empresas del sector están mostrando estas innovaciones en el aeródromo de Cuatro Vientos, donde también se está realizando un ciclo de conferencias con los principales expertos del sector para hablar de legislación, aplicaciones en defensa, soluciones de la industria y aplicaciones civiles y comerciales para tierra, mar y aire.
Una de las estrellas vuelve a ser el Fulmar de Thales, el más grande de los UAV pequeños, que con una envergadura de 3 metros, una longitud de 1,2 metros y un alcance operacional de 800 kilómetros, se ha convertido en los últimos meses en el único desarrollado y fabricado íntegramente en España que ha conseguido ser exportado a un ejército extranjero, en este caso, a la Real Marina Tailandesa, que ha comprado seis sistemas (dos aviones por sistema) para sus nuevas fragatas.
Capaz de transmitir imágenes y vídeos en tiempo real, puede ser empleado tanto en misiones civiles como militares de búsqueda y rescate en mar y montañas, seguridad de infraestructuras críticas, control de incendios, tráfico ilegal o vigilancia de fronteras, entre otros usos. Como innovación, presentaba su nueva sistema de recuperación por red, que facilita el aterrizaje incluso en espacios reducidos y bajo condiciones meteorológicas extremas, soportando vientos de hasta 80km/h.
Thales España también está mostrando su radar Gecko, que puede ser utilizado para vigilancia de fronteras, seguridad de infraestructuras críticas o ser empleado en entornos conflictivos, pero que también está capacitado para detectar hasta los aviones no tripulados más pequeños, lo que podría haber sido empleado esta semana, por ejemplo, para advertir al piloto que tuvo que esquivar de forma repentina a hasta tres pequeños drones junto al aeropuerto de Loiu, en Bilbao.
Otra de las estrellas de la feria es la presencia del Predator B (MQ-9 Reaper), el avión no tripulado de grandes dimensiones de la empresa norteamericana General Atomics, que va de la mano de la ingeniera española SENER en nuestro país, y que ha sido adquirido recientemente en régimen de leasing por el Ejército del Aire en su versión de RPAS de vigilancia, aunque con toda la preinstalación hecha por si fuera preciso artillarlo en un futuro.
Este sistema ya es utilizado por las fuerzas aéreas de otros países, como Estados Unidos, Reino Unido, Italia o Francia, y ha sido utilizado en escenarios bélicos como Afganistán, Iraq o Siria, tanto en su versión de vigilancia e inteligencia como en la versión de avión de combate para acabar con objetivos militares hostiles.
Los sistemas no tripulados de SCR (Sistemas de Control Remoto) y Everis Aeroespacial y Defensa también están presentes en esta edición de Unvex. Entre ellos, el UAV de medio alcance y alto rendimiento Atlantic, que puede ser empleado en una importante gama de misiones (reconocimiento, vigilancia, topografía, control de infraestructuras…). A su lado, el Tucan, una novedosa y versátil aeronave de reducido tamaño, construida íntegramente con materiales compuestos y que puede ser lanzado tanto con la mano como con un pequeño lanzador de elastómeros.
También está presente uno de los sistemas más llamativos de los que se encuentran en el mercado. El UAV Shepherd de Expal, que con forma de ave rapaz tiene múltiples aplicaciones en los campos de la defensa y la seguridad, principalmente, en misiones de observación, vigilancia y protección. Su capacidad de camuflaje y sus movimientos en el aire de cicleo, ataque y campeo provoca que las aves abandonen las zonas donde pueden causar problemas, lo que le permite integrarse dentro de los protocolos de seguridad de los aeropuertos. Ligero y de muy fácil manejo, se lanza a mano y aterriza sobre su fuselaje directamente sobre el terreno.