Consciente de que la crisis de Ciudadanos en Galicia ha tomado velocidad de crucero, Albert Rivera ha cambiado en apenas cuarenta y ocho horas el tono de su discurso. De mostrarse tan distante como para sugerir a los informadores que preguntasen "al director de campaña" su mano derecha José Manuel Villegas, por la sustitución de Antonio Rodríguez, diputado y cabeza de lista por La Coruña, por José Canedo, este jueves trataba de explicarse de manera más conciliadora: "Hay una decisión tomada por el Consejo General del partido, por la Ejecutiva, por todos los órganos estatutarios, que afecta a una persona, a un candidato de una provincia. Es democrática, si alguien no la acepta yo lo respeto, como tienen que respetar que la Asamblea que escogió un Consejo General y la Ejecutiva tomen decisiones con respecto a una campaña".
Preguntado por el hecho de que se hayan cambiado hasta dieciocho cabezas de lista con respecto a diciembre, un tercio del total, sin pasar por primarias, de las que tanto ha presumido, el líder de Ciudadanos afirmaba: "Los estatutos son para respetarlos y cumplirlos, ha habido sólo un cambio, lo demás son renuncias que el partido se ha visto obligado a suplir. Insisto: afecta a una persona".
Con los estatutos en la mano, la decisión es inmaculada. Sin embargo, el argumento principal para no volver a hacer las primarias, expresado en varias ocasiones por los propios Rivera y Villegas, era que no tenía sentido ante una repetición electoral en tan corto periodo de tiempo hacer modificaciones en las candidaturas. Todo lo contrario de lo que ha ocurrido.
Los nuevos comicios han sido aprovechados para soltar determinados lastres como el del diputado por Cantabria Carlos Pracht, sentenciado por la cúpula naranja desde que le creara graves problemas en la campaña de diciembre por unas polémicas declaraciones sobre el aborto y las mujeres. En su lugar se ha designado a dedo al cómico televisivo Félix Álvarez, Felisuco, quien se afilió al partido poco antes de las últimas elecciones.
En Valencia Vicente Ten le cede el número uno a Toni Cantó, que había concurrido en el segundo puesto. El actor y exdiputado de UPyD aún no sabe lo que es presentarse a unas primarias en Ciudadanos.
El enfado de la militancia en Galicia
Antonio Rodríguez, único diputado por Galicia, todo un hito dada las malas perspectivas antes del 20 de diciembre, ha sido el único que no ha aceptado revestir en público como baja voluntaria lo que no es más que una decisión del aparato naranja. De hecho, rechazó concurrir como número dos, una oferta que no casa con las palabras de Rivera esta semana asegurando que en los cuatro meses de legislatura no había "estado a la altura". Su enfado es el reflejo del que tienen los militantes gallegos, y particularmente los coruñeses, que no han dudado en manifestar en público esta semana y que el sábado le expresarán a la cara al secretario de organización, Fran Hervías, que se va a desplazar a la región para tratar de mitigar la crisis.
Pero más que la defenestración del número uno, lo que ha provocado una gran decepción es la elección de José Canedo como sustituto. Se trata de alguien que no cuenta con la simpatía de buena parte de las bases, que argumentan, entre otras cosas, que el que fuera candidato de UPyD a las gallegas de 2012 no tiene un currículum profesional que le avale. Carece de estudios superiores, mientras que Rodríguez es abogado, algo que no casa con el perfil de partido de profesionales cualificados que "no le tiene miedo al talento" como blasona en muchas ocasiones Rivera.
Muchos aceptan que Rodríguez no es un gran orador, precisamente, y admiten que falló a la hora de exponer el programa en campaña, pero es obvio que ese es un mal del que adolece buena parte de los que han sido sus compañeros de bancada en el Congreso, como prueba que hayan tenido que recibir sesiones formativas en este sentido. Sin embargo, fuentes de la dirección de Ciudadanos señalan que el problema es que Rodríguez no ha aprovechado estos meses para mejorar esas deficiencias.
El incendio gallego se produce, además, a escasos meses de la cita autonómica con las urnas, para la que Ciudadanos no tiene aún un candidato elegido. Unas elecciones en las que el PP tratará de atraer el "voto útil" frente a las Mareas, la confluencia de Podemos, y el PSdeG.