Es un auténtico lavado de imagen. La todopoderosa Susana Díaz ha cambiado el chip y dejado atrás los tiempos en que criticaba abierta y públicamente a su secretario general. Ante la cercanía de las elecciones del 26 de junio, y la posible derrota de un PSOE en donde todos le miran para suceder a Pedro Sánchez, la baronesa andaluza quiere transmitir la imagen de que no se enfanga ya en el ruido interno y se remanga la camisa para ayudar a ganar al líder del PSOE.
Así se explica que este viernes haya sido una de las pocas que ha acudido a Ferraz a la llamada de Sánchez ante el plantón mayoritario de los barones del partido. Tan sólo siete de los diecisiete secretarios generales territoriales ha asistido a la reunión convocada por el líder del PSOE a las 19:00 horas de este viernes en la sede socialista. "Para que luego digan que Susana no ayuda a Sánchez", decían fuentes de su entorno a LD que confirmaban que se han enterado de estas ausencias en el AVE camino a Madrid.
La ausencia más sonada ha dicho la del derrotado barón valenciano, Ximo Puig, tras rechazar la Comisión Federal de Listas su propuesta de alianza con Podemos al Senado. "No estoy contento", ha dicho en un acto en Valencia. Tampoco acudirá este sábado el Comité Federal ni a la proclamación de Pedro Sánchez como candidato a La Moncloa en un mitin multitudinario en Móstoles. Pero a la espantada de Puig, se suman las de la mayoría de las federaciones más numerosas y potentes del PSOE.
Tampoco han acudido el barón manchego, Emiliano García-Page; ni el extremeño, Guillermo Fernández Vara; ni el catalán, Miquel Iceta; ni la balear, Francina Armengol; ni el castellano-leonés, Luis Tudanca, entre otros. Entre las justificaciones, la tan manida "problemas de agenda" hasta la más variopinta del Fernández Vara que tenía una reunión familiar.
Por contra, las presencias se han contado con los dedos: Susana Díaz (Andalucía), Javier Fernández (Asturias), Sara Hernández (Madrid), Idoía Mendía (País Vasco), Javier Lambán (Aragón), María Chivite (Navarra) y Antonio González Tovar (Murcia). Siete presencias y diez ausencias a las que ha querido restar importancia la baronesa andaluza a su llegada a Ferraz: "ahora vendrán...".
Una imagen deslucida de esa pretendida unidad que quería proyectar Pedro Sánchez en la víspera de su puesta de largo como candidato, que también contará con las mayoría de bajas de los barones autonómicos. Pero no la de Susana Díaz, quien este sábado tendrá un papel especial: presentadora y telonera del secretario general en su pistoletazo de salida de la pre campaña electoral. "Me lo ha pedido y yo siento el honor y el orgullo de presentar al candidato a la presidencia del Gobierno que tiene que ganar. Pedro tiene que ganar para ser presidente de este país".
Un intento por enterrar el hacha de guerra que también esconde una advertencia. Si Pedro Sánchez no gana las elecciones, el partido no le permitirá seguir al frente de la formación que ha sufrido dos años de intensa crisis de liderazgo. Y Susana Díaz dice que sale a ganar, pero parece estar también preparando el terreno por si su eterno rival no lo consigue.
Andalucía apaga el incendio
A esto se suma lo ocurrido en la mañana del viernes en la Comisión Federal de Listas. Cumpliendo los pronósticos de la dirección federal, el citado órgano ha aprobado esta mañana las 52 candidaturas del PSOE al Congreso y Senado por unanimidad. Tan sólo la voz crítica del secretario de Organización del PSPV, Alfred Boix, desentonó en Ferraz en una reunión de casi cuatro horas donde el representante valenciano calificó de "error" la posición federal de no permitir una alianza con Podemos en el Senado.
Tal y como esperaba la dirección, Puig tampoco acudió a la reunión a defender su propuesta, como explicaron fuentes socialistas a LD, porque "no iba a exponerse al fracaso del rechazo" del órgano responsable de las listas.