Los puestos en las listas continúan siendo el gran escollo para que, a menos de una semana para que se cierre el plazo de registro de coaliciones, el próximo viernes día 13, Podemos e Izquierda Unida, aún no hayan zanjado su acuerdo para el 26 de junio. Hasta hace unos días eran unas negociaciones prácticamente secretas, pero este sábado algunos detalles de las mismas han salido a la luz en un intento de presionarse entre ambas formaciones.
Por un lado, desde Podemos, Pablo Echenique ha anunciado que el viernes por la noche propuso a IU "multiplicar por siete los actuales dos escaños de IU, entre Congreso y Senado". "Estaríamos hablando de cinco senadores y nueve diputados", ha explicado el secretario de Organización de Podemos. Echenique ha tomado para hacer estos cálculos la suma de los resultados de Podemos e IU el 20 de diciembre, lo que les darían unos 60 diputados, sin las confluencias de Cataluña, Galicia y la Comunidad Valencia. De estos cerca de 60 escaños, nueve serían para Garzón.
Por otro lado, este sábado, Alberto Garzón ponía su contraoferta sobre la mesa y anunciaba que su voluntad es que sus candidatos ocupen uno de cada seis puestos de salida en las candidaturas que se puedan acordar con Podemos. Así las cosas, contando con los resultados de Podemos e IU el 20D sin confluencias, esta petición le daría a Garzón unos 10 diputados. Sin embargo, esta cifra podría variar si se contempla una mejora los resultados el 26J, por lo que hablan de una horquilla entre 8 y 12. Asi, los nueve diputados que ofrece Podemos son "insuficientes" para IU según algunos dirigentes del partido. Y lo anecdótico llega en este punto, miembros de la federación de izquierdas llevan todo el sábado asegurando que ni siquiera han recibido esa oferta de Podemos.
Pero confusiones a un lado, la clave en esta negociación está en qué consideran como "puestos de salida" en Podemos e Izquierda Unida. Ambas formaciones aseguran que el reparto será de 1 por cada seis escaños: es decir, un diputado para IU y 5 para Podemos, replicando aproximadamente los resultados del 20-D. Parecería, por lo tanto, que las posiciones están muy cerca. El problema es determinar cuál es la cantidad total sobre la que se está hablando: ¿uno de cada seis contando los 46 escaños que tienen entre los dos partidos? ¿contando los 60 diputados que les saldrían si aplicasen la suma de los resultados del 20-D a la coalición? ¿contando los 75-80 escaños que les dan algunas encuestas?
Y luego está el tema de cada uno de los escaños en cada una de las provincias. Porque hay puestos que son seguros (por poner un ejemplo, los 8-10 primeros de la lista por Madrid) y otros que no lo son tanto (los cabezas de lista de muchas provincias del interior están en riesgo de no salir). ¿Esos son "puestos de salida"? ¿Quién se queda el puesto 100% seguro y quién el que está dudoso? No es nada fácil cuadrar todo esto en una negociación.
Estos cálculos son los que se han puesto sobre la mesa negociadora que continúa presidida por los secretarios de Organización de ambas formaciones, Pablo Echenique y Aldolfo Barrena. Los líderes de los dos partidos siguen con sus conversaciones mientras ven que el viernes 13 se acerca. En Podemos, además, recuerdan que tienen el compromiso de someter el acuerdo a las bases los días 10 y 11 de mayo. Y este sábado, IU ha anunciado que de producirse dicho acuerdo, el partido ha aprobado realizar una segunda consulta a las bases para someterlo a su criterio.
Frutos de las negociaciones
Las esperanzas de llegar a un pacto no se pierden ya que las negociaciones sí que han dado sus frutos en otros temas. Como han explicado este sábado, Alberto Garzón y su secretario de Organización, Aldolfo Barrena, en el Consejo Político Federal de Izquierda Unida, la coalición electoral será la fórmula legal para acudir al 26J y el pacto será a nivel estatal con tres salvedades: Cataluña, Galicia y País Vaso, que ya tenían creadas sus propias confluencias.
Otro aspecto que está "confirmado" es que sólo habrá un grupo parlamentario en el Congreso. La única cuestión es que ambas formaciones quieren que sea "federal" con "reconocimiento de cada partido, respetando también su visibilidad y liderazgos". El problema es que esta fórmula ("federal") no está regulada en el Reglamento del Congreso por lo que todo indica que sería un tipo de organización que se darían ellos a nivel interno. En este sentido, deben acordar como repartirse el tiempo de las intervenciones o, más importante, las subvenciones, algo que, por ahora, tampoco está completamente zanjado. Lo que es seguro es que Izquierda Unida, dada su deuda millonaria, quiere asegurarse de que saldrá bien parada en esta operación.
Realizar una campaña por separado, con algún acto en el que coincidan sus líderes, parece también un tema cerrado entre los de Pablo Iglesias y los de Alberto Garzón.