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Colau disuelve a los antidisturbios de la Guardia Urbana para satisfacer al cupero Garganté

El acuerdo sobre las cuentas municipales entre Barcelona en Comú y la CUP incluye retirar las funciones a los antidisturbios.

Ada Colau. | EFE

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha sentenciado a la Guardia Urbana, cuyos agentes pierden toda competencia en materia de alteraciones del orden público. La Unidad de Apoyo Policial (USP por sus siglas en catalán), que así se llama la sección antidisturbios, pasará a tener otras funciones. En ningún caso la Guardia Urbana volverá a participar en desalojos violentos, algaradas y protestas de la izquierda radical. Los responsables municipales alegan que de todo eso ya se ocupan los Mossos d'Esquadra y los agentes locales deben convertirse en "policía de proximidad".

Las relaciones entre el equipo de gobierno de la ciudad y la Guardia Urbana no son precisamente buenas. La desautorización constante de los guardias en el conflicto con los manteros (vendedores ambulantes de mercancía falsificada) es sólo una muestra de las reticencias de Colau y sus concejales sobre el cuerpo.

Sin embargo, la desactivación de la unidad responde a una petición muy concreta de la CUP, de cuyos tres concejales depende la aprobación de las cuentas municipales. El edil Josep Garganté se ha cobrado de un golpe todas sus querellas con la Guardia Urbana, a quien acusa de haber grabado el vídeo en el que se le veía presionando a un médico para que cambiara el parte de un mantero lesionado a fin de acusar a los policías de lo que había sido una caída accidental.

El segundo de Colau y primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, se escuda en que la reducción de competencias de la Guardia Urbana estaba en el programa de su formación, por lo que no se trata de ninguna cesión a la CUP.

Los antisistema, por su parte, no se sienten del todo satisfechos con el pacto, pero tras la votación en asamblea de los representantes de los barrios se decidió que los tres concejales del grupo se abstendrán, lo que permite a Colau salvar el trance presupuestario con los votos a favor del PSC, que está a punto de entrar en el gobierno municipal, y ERC.

El recorte de funciones de la Guardia Urbana supone el fin de la policía integral diseñada en tiempos de Pasqual Maragall.

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