El 26 de junio, el día en que previsiblemente los españoles volverán a votar, está previsto que las autoridades panameñas inauguren oficialmente el proyecto de ampliación del Canal, una obra faraónica que llega a su fin con varios años de retraso y sobrecostes y en el que ha tenido un papel protagonista la española Sacyr. La constructora encabeza el consorcio Grupo Unidos por el Canal pero no ha sido la única española que ha participado en el proyecto, que duplicará el tráfico marítimo en la zona.
El Gobierno ha respaldado con ahínco un proyecto esencial para los intereses españoles, en especial en los años más duros de la crisis. El último gesto será la inauguración de una muestra esta semana en la Casa de América sobre las empresas participantes, que contará con la presencia de la ministra de Fomento, del secretario de Estado de Comercio y de la embajada panameña en España, entre otros. Pero, probablemente, no podrá estar en el acto central: la inauguración solemne de la nueva construcción.
El responsable panameño del Consorcio, Jorge Quijano, anunció en marzo que el 26 de junio se inauguraría oficialmente la instalación y que a él asistirían las principales autoridades mundiales. Para España, el acto, que debería servir para proyectar la imagen del país en el mundo, se ha convertido en un dolor de cabeza. Coincidirá con casi total certeza con las elecciones generales y parece poco posible que el presidente del Gobierno y el rey puedan ausentarse.
Fuentes de Moncloa han reconocido lo "complicado" de la fecha y precisan que todavía no está cerrada la delegación oficial que enviará nuestro país. Remiten a los próximos días, ya con la fecha de las elecciones oficialmente sobre la mesa.
Entre los actos que ha preparado Panamá para el 26 de junio está el paso del primer buque comercial con carga por el Canal y una ceremonia a la que están invitados 70 jefes de Estado, entre ellos el estadounidense, Barack Obama, y el chino, Xi Jinping.
