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El obispo de Barcelona, "Joan Josep" Omella, reconoce la "nación catalana" ante Mas y Puigdemont

Omella cede a su antecesor, Martínez Sistach, la homilía de San Jorge en el Palacio de la Generalidad.

Presidir y comulgar al final con una rueda de molino. Esa ha sido la misión del arzobispo de Barcelona, "Joan Josep" Omella, como ya le han bautizado en los medios catalanes, en la misa que se celebró en el Palacio de la Generalidad por San Jorge. Junts pel Sí mantiene la tradición de celebración religiosa, pero Omella todavía no ha superado la prueba del nacionalismo, que recela de su origen aragonés y se escandaliza por sus prédicas en español, así que ha sido convenientemente relegado a un segundo plano en la celebración. Omella ha cedido la homilía al cardenal Lluís Martínez Sistach y ha dejado protagonismo al obispo auxiliar, Sebastiá Taltavull, que era el candidato del nacionalismo para el arzobispado condal.

Así pues tres obispos en la misa de Sant Jordi para el gobierno de la Generalidad. Ha sido la primera vez que Omella ha visto en directo a la plana mayor del proceso separatista, puesto que ni el presidente saliente, ni el entrante, ni ningún conseller se dignó presentarse en la misa de toma de posesión de Omella, el pasado diciembre. El vacío institucional ha sido absoluto mientras TV3 y Catalunya Ràdio han entrevistado al arzobispo en al menos cinco ocasiones inquiriendo siempre sobre la cuestión política.

Omella, exobispo de Logroño, Calahorra y Santo Domingo de la Calzada, habría resistido el embate hasta este San Jorge, en el que la presión era máxima. Una misa en la capilla de la Generalidad, ante Carles Puigdemont, Artur Mas y José Montilla (que cumple con rigor las obligaciones de su excargo), así como ante el vicepresidente Oriol Junqueras, las consejeras Neus Munté, Meritxell Borrás y Meritxell Ruiz y los consejeros Josep Rull, Jordi Jané, Antoni Comín y Santi Vila.

Dado el auditorio, Omella se mantuvo en un discreto segundo plano mientras Martínez Sistach rendía pleitesía a los mantras del nacionalismo. Según el digital catalunyareligió.cat, de fe nacionalista, Sistach afirmó en el sermón: "Somos un pueblo vivo y por eso un pueblo cambiante, pero también permanente, con la voluntad de mantener nuestras esencias como nación con una identidad abierta y acogedora".

El mismo digital añade que en "una breve intervención al final de la misa", Omella se habría referido a Cataluña como una nación "a la que en pocos meses comienzo a conocer y a querer". De ser cierto, la presión nacionalista estaría comenzando a hacer estragos en la percepción de Omella.

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