Albert Rivera ha vuelto este viernes al que ha sido su mundo en la última década, el de la política catalana, aunque esta vez como el líder de la cuarta fuerza política de España que es además, como se ha encargado de enfatizar en su comparecencia tras su entrevista con el presidente Carles Puigdemont, el partido que lidera la oposición en Cataluña.
Con esos galones, Rivera ha mostrado su cara más conciliadora con el nacionalismo catalán, al que ha pedido que siga el ejemplo de su correligionario Miquel Roca, uno de los padres de la Constitución de 1978, y no se "quede aislado" del proceso de reformas que, a su juicio, se avecina en España. Un proceso con dos hitos: modificar la financiación autonómica, para que tenga una "caja común pero con responsabilidades para las CCAA" y emprender una reforma constitucional (la que contempla su acuerdo de Gobierno firmado junto a Pedro Sánchez) que "aclare las competencias del Estado y de las autonomías" y que "evite conflictos permanentes".
Dejando claro -por si hubiera alguna duda en el líder de una formación que nació en 2006 ante la infrarrepresentación del electorado constitucionalista- que "nunca apoyaremos la independencia" Rivera le ha dicho a Puigdemont, como luego ha trasladado en rueda de prensa, que la reforma de la Carta Magna puede ser "un lugar de encuentro".
El corredor mediterráneo
El presidente de Ciudadanos, en línea con lo defendido en los últimos meses por la líder centrista en Cataluña, Inés Arrimadas, se ha mostrado a favor de una mejora en las infraestructuras para Cataluña, abordado en particular por el corredor mediterráneo "una conexión estratégica" las conexiones de aeropuerto o el puerto de Barcelona. Se trata, en definitiva, de "priorizar infraestructuras productivas, el corredor mediterráneo es un ejemplo de cómo mejorar la industria y la exportación de nuestros productos en Cataluña y en el Levante".
Rivera se ha comprometido a defender esas mejoras "desde la oposición o desde un Gobierno" unas palabras que evidencian la aspiración de Ciudadanos de formar un Ejecutivo de coalición con el PSOE.
La Generalidad rechaza la reforma constitucional
Aunque la portavoz del Ejecutivo catalán, Neus Munté se ha empeñado en destacar "el buen tono y cordialidad del encuentro" estaba claro que de una cita entre dos posiciones tan antagónicas no iban a salir ningún titular de acuerdo. " Ha habido coincidencias en el plano económico como a la hora de destacar que el limite de déficit impuesto a Cataluña es injusto" ha señalado Munté, pero el asunto del referéndum y la hoja de ruta hacia la independencia ha sido el principal obstáculo que les ha impedido avanzar.
"Tenemos un mandato democrático salido de las urnas" ha insistido la consejera y " la propuesta de la reforma constitucional llega tarde y no es un tren que esté sobre la vía". Una propuesta lanzada por Rivera que incluiría también la revisión del modelo de financiación autonómico. En este punto en concreto, Munté si se ha mostrado más receptiva aunque dejando claro que ellos no van a ser quienes tomen la iniciativa "desde Cataluña no lideraremos una reforma de estas características pero si se plantea, lógicamente la trabajaremos".
Ambos dirigentes han quedado en volverse a reunir pronto, pero no será antes de otra cita mucho más esperada. La de Carles Puigdemont con el presidente en funciones, Mariano Rajoy que finalmente se verán en el palacio de la Moncloa el próximo miércoles 20 de abril a partir de las 17:30 horas. El presidente catalán viajará a Madrid tres meses después de haber tomado posesión con la intención de poner sobre la mesa el proceso separatista catalán.