Que no falte de nada parece el lema de los cuatro días de festejos decretados por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para celebrar el 85 aniversario de la proclamación de la II República. Una verbena popular en la "plaza de la República" de Nou Barris (plaza de Llucmajor) cerrará el ciclo de actos del programa "#tenimrepublica" organizado por el Ayuntamiento. Un concierto con recital de poemas de la Banda Republicana del Taller de Músics es, por ejemplo, el punto culminante de este viernes, dentro de una agenda de conferencias, fiestas, mesas redondas y exposiciones con las que se pretenden rendir homenaje a los "valores y virtudes republicanas" y "destacar el papel de Barcelona y de los movimientos populares en la lucha, reivindicación y finalmente, proclamación de la Segunda República", según el bando municipal.
El colofón tendrá lugar el domingo, en el que se rebautizará la plaza Llucmajor con la antedicha verbena matinal que incluirá pasacalles, fanfarrias y arengas. Al tiempo, la ponencia del nomenclator ya le ha puesto el ojo encima a todos los pasajes, paseos, rincones, esquinas y plazas borbónicas. La plaza del cruce entre la Avenida Diagonal y el Paseo de Gracia (que no es una plaza, sino un obelisco plantado en medio del tráfico) dejará de ser de Joan Carles I, en alusión al actual Rey emérito y pasará a llamarse Cinc d'Oros, en homenaje a cinco farolas de primeros del siglo XX que remitían al cinco de oros de la baraja.
El PSC, a través de su presidente de grupo municipal, Jaume Collboni, se ha quejado por Twitter con el mensaje: "Joan Carles I es figura d la nostra història democràtica q ha de tenir lloc a Barcelona.Qualsevol canvi ha de respectar consens i pluralisme". Joaquim Forn, de CiU, dice que a ellos les da lo mismo.
La defensa más formal y contundente ha venido de la mano del presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández, que ha acusado a la alcaldesa y a su equipo de padecer "coronofobia". También detecta "revanchismo" y "gesticulación política callejera".
El enclave llevaba el nombre de Joan Carles I desde 1981. Colau sólo tiene que estampar una firma en un decreto para cambiar el nombre. La misma suerte correrán las avenidas Maria Cristina y Príncep d'Astúries, los paseos Joan de Borbó e Isabel II, y hasta el muelle Príncep d'Espanya.