Antes de que estallara el escándalo de Banesto, Mario Conde fue objeto de todo tipo de honores en su época dorada al frente del banco. Entre ellas, destaca el momento en que fue investido doctor honoris causa, el 9 de junio de 1993, en la Universidad Complutense de Madrid.
A la ceremonia acudió el por entonces jefe del Estado, el rey Juan Carlos I. También se dejaron ver la mayoría de grandes banqueros españoles así como empresarios, directivos de medios de comunicación y una nutrida representación del mundo académico.
Según recogió en su día la crónica de ABC, entre los asistentes estuvieron los Duques de Soria y el Duque de Calabria, José María Amusátegui, Rafael Anson, Antonio Asensio, Clemente Auger, Juan Belloso, Claudio Boada, Jaime Campmany, Manuel Campo Vidal, Camilo José Cela, Matías Cortés, José María Cuevas, Alipio Dias, Luis Ducase, Alfonso Escámez, Fernando Fernández Tapia, Antonio Gil, Ricardo Gómez Acebo, Manuel Gómez de Pablos, José Luis Gutiérrez, Mauricio Hatchwell, Jesús Hermida, Fernando Jáuregui, Enrique Lasarte, Guillermo Luca de Tena, Laureano López Rodó, José Oneto, Jesús de Polanco, Manuel Prado y Colón de Carvajal, Pedro J. Ramírez, Luis Ángel Rojo, Arturo Romaní, José Roquette, Pablo Sebastián, Adolfo Suárez, Juan Velarde Fuertes, Emilio Ybarra y Luis María Anson.
Ejercieron de maestros de ceremonias el exembajador de Israel en España, Shlomo Ben Ami, y el exrector de la UCM, Gustavo Villapalos. El primero elogió su "estrategia coherente e integradora" como presidente de Banesto y lo definió como "un intelectual de la banca que busca el equilibrio ético"; el segundo, justificó la investidura basándose en la "colaboración" con el mundo universitario y sus "labores de mecenazgo".
Conde arrancó su discurso señalando que "recibir este doctorado bajo la presidencia de Su Majestad el Rey, aunque sea la Universidad Complutense quien merezca la asistencia de nuestro monarca, acrecienta todavía más mi gratitud", y lo concluyó haciendo, de nuevo, otra referencia a Juan Carlos de Borbón: "Gracias a que Su Majestad el Rey jugó tan decisivo papel en el gran proceso que permitió a la nación hacerse dueña de su destino, podemos hoy abrirnos a la posibilidad de perfeccionar la democracia y profundizar en el camino de la libertad".
En el discurso, titulado Sociedad civil y poder político, Conde apostaba por "introducir ingredientes correctores (en el mercado), elementos éticos de solidaridad, que permitan una asignación razonable y equilibrada de la riqueza para integrar a los desintegrados y alcanzar, por consiguiente, unos niveles mínimos y aceptables de cohesión social". En su opinión, había que "integrar el razonamiento ético y el puramente económico" diseñando un "Código de Valores Compartido". "El progreso social sólo puede provenir de una interacción activa y dinámica entre el Estado de Derecho y la sociedad civil", añadía.
Veintitrés años después, y tras pasar varios años en prisión, Conde ha vuelto a ser detenido por blanqueo de capitales. Intentaba traer a España parte del dinero que saqueó de Banesto y que tenía oculto en varias sociedades en el extranjero.