Las veces que Pablo Iglesias ha olvidado consultar a sus bases
El líder de Podemos no siempre ha apelado a los inscritos para tomar decisiones de vital importancia, como va a hacer con el pacto PSOE-C's.
Pablo Iglesias se quitó de encima este viernes la responsabilidad de tener que ser él quien diese el "No" de Podemos al pacto PSOE-Ciudadanos. El líder del partido morado interpretó, a su manera, los estatutos de la formación, que dicen que sus inscritos deben "aprobar o rechazar cualquier tipo de pacto o alianza pre o post electoral con otras fuerzas políticas", y los amplió para que, en este caso, las bases de formación morada también se pronunciasen sin pacto mediante.
Así, entre los días 14 y 16 de abril, Podemos preguntará a sus inscritos si quieren "un gobierno basado en el pacto Rivera-Sánchez" Lo más probable es que la respuesta sea un "No". Una negativa que permitirá a Iglesias excusar su decisión en las bases y, si el PP no cambia de postura, será una de las decisiones que envíe a España a unas nuevas elecciones.
Así, "ampliando" sus estatutos, el líder de Podemos ha logrado lavarse las manos en esta cuestión que le convenía. La cuestión es que, en otros momentos, que no le venían tan bien, Iglesias ni se planteó esta opción amplificadora.
Sergio Pascual
No hay que remontarse demasiado para ver como en el caso, por ejemplo, del cese de Sergio Pascual, a Iglesias ni se le ocurrió "ampliar" al poder de sus bases para preguntar a los inscritos qué les parecía acabar con la mano derecha de Íñigo Errejón en un momento complicado para el partido en el que, inmersos en la vorágine negociadora, proliferaban las noticias de división interna. En este punto, el líder de Podemos siguió sus estatutos.
Estatutos que dicen que el secretario general es el encargado de nombrar a los miembros de su Ejecutiva -denominada Consejo de Coordinación-, que después deben recibir el visto bueno de la dirección nacional, conocida como el Consejo Ciudadano Estatal.
Negociaciones
Pablo Iglesias tampoco amplió sus estatutos para preguntar a sus bases si querían sentarse en la misma mesa negociadora que el Ciudadanos, como hizo el equipo negociador de Podemos el pasado jueves. Éste fue un encuentro al que llevaron un documento con 20 "cesiones" de su programa, que aún no se sabe si sus bases aceptan pero que suponen cambios importantes respecto al documento que llevaron a las generales, tales como no derogar la reforma laboral de Zapatero o reducir la "renta garantiza" que prometieron de 600 a 500 euros durante la primera mitad de la legislatura.
Tampoco se planteó a las bases, entre otras cosas, la propuesta que hizo Iglesias al PSOE al inicio de sus negociaciones en la que pedía la mitad de los ministerios, organismos como el CNI o el CIS y la vicepresidencia. Estos fueron aspectos no hicieron otra cosa que enfriar las relaciones con los socialistas y a los que se acabó "renunciando", también sin consultar a sus bases.
Preguntas poco claras
Y cuando Pablo Iglesias se ha visto en la obligación de preguntar a sus bases, como cuando se produjo la consulta a sus inscritos de la estrategia de alianzas ante las generales, Iglesias ha retorcido la pregunta hasta hacerla tan complicada que las respuesta le favoreciera.
"¿Aceptas que el Consejo Ciudadano de Podemos, en aras de seguir avanzando en la construcción de una candidatura popular y ciudadana, establezca acuerdos con distintos actores políticos y de la sociedad civil siempre que 1) los acuerdos se establezcan a escala territorial (nunca superior a la autonómica) 2) se mantengan siempre el logotipo y el nombre de Podemos en el primer lugar de la papeleta electoral incluso si eso implica concurrir a las elecciones generales en algunos territorios con fórmulas de alianza (Podemos-X)?".
Entonces, en julio de 2015, se sometió a votación la política de confluencia marcada por la dirección, pero no se dio opción a plantear otra. Por ejemplo, no se votó la posibilidad de si se quería o no una confluencia a "escala estatal", con Izquierda Unida. Las negociaciones con IU fueron llevadas desde la cúpula del partido y acabaron con el desencuentro entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Podemos entonces sólo quería captar al dirigente, mientras que IU buscaba formar una plataforma conjunta como se hizo en algunas comunidades autónomas como Galicia.
La realidad es que Pablo Iglesias ha manejado la herramienta de la consulta a las bases a su antojo: cuando le ha convenido para exculparse, ha ampliado sus estatutos para realizarla, y cuando no le venía bien, ha optado seguir estos mismos estatutos a rajatabla para tomar la decisión desde la dirección morada.
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