Rebelión de alcaldesas contra el plan de Colau para eliminar las multas a las prostitutas

Ada Colau tiene un nuevo frente abierto. La intención municipal de eliminar las multas a las prostitutas y regular el ejercicio "voluntario" de la prostitución en Barcelona ha provocado la rebelión del denominado Movimiento Democrático de Mujeres (MDM) y de cuatro alcaldesas del área metropolitana de Barcelona. Las primeras ediles de Hospitalet, Núria Marín (PSC); Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon (PSC); Sant Cugat, Mercè Conesa (CDC y presidenta de la Diputación de Barcelona) y Sant Boi, Lluïsa Moret (PSC), han suscrito un manifiesto en el que denuncian que en Barcelona se pretende convertir el sexo de pago en un "posible activo turístico".

Colau se defiende con el argumento de que tan sólo ha creado una "mesa" para abordar la "trata" que cuenta con el apoyo de su partido, Barcelona en Común, Ciudadanos, ERC y la CUP. Además, ha advertido de que se trata de un grupo de trabajo que pretende funcionar en coordinación con las autoridades judiciales, las policías locales y la Policía Nacional.

No obstante, las alcaldesas socialistas y la convergente Mercé Conesa sostienen que Colau pretende favorecer a los proxenetas y a las "prostituidoras". El texto firmado por las ediles y el "MDM" (asociación feminista vinculada al Partido Comunista de España) lleva por título "El libre acceso al cuerpo de las mujeres o cómo Barcelona se convirtió en el burdel del sur de Europa" y en él se afirma:

"La prostitución no es el oficio más antiguo del mundo, sino la explotación, la esclavitud y la violencia más antigua inventada por el patriarcado para controlar y someter a las mujeres. Por eso nos oponemos rotundamente a la regulación de la prostitución, como pretenden sobre todo los empresarios/as de los prostíbulos que financian generosamente corrientes de opinión, con el fin de enmascarar esta tipología de violencia machista. El hecho de que se pague una cantidad de dinero por acceder a ratos, a trozos y sistemáticamente al cuerpo de las mujeres, no puede transformar ese tipo de comercio sexual en un empleo al que se le quiere nombrar con el eufemismo de trabajo sexual comercial".

Las firmantes aseguran también que:

"De ahí que debamos cambiar el enfoque del análisis. Porque siempre que se habla de prostitución ,el foco se centra en las prostitutas. Mientras que los clientes, los proxenetas y las prostituidoras permanecen en silencio y cuidadosamente invisibles para los focos mediáticos; aunque curiosamente las últimas, tan escuchadas en nombre de todo un colectivo, salen también en los medios de comunicación como terapeutas sexuales y explican con glamur y normalidad las maravillas de ser puta".

Y añaden:

"Llegados a este punto y dado que gozamos de las mayores cotas de libertad sexual también debemos preguntarnos qué ocurre con el grupo de hombres que parecen tener problemas con su sexualidad y necesitan imponer su jerarquía simbólica a la mitad de la humanidad, las mujeres, y por eso compran a algunas y nos someten a todas. Ya que la prostitución no afecta solo a las mujeres prostituidas, sino que nos afecta a todas porque todas somos potencialmente bienes de consumo para satisfacer caprichos sexuales".

Las alcaldesas firmantes se temen, además, que la prostitución acabe por trasladarse a sus municipios.

Prostitutas Indignadas

Una plataforma llamada Prostitutas indignadas ha replicado el manifiesto en duros términos. Según esta entidad, "las mujeres en situación de trata" han sido las más afectadas por las normativas municipales y autonómicas de socialistas y convergentes. Según ellas, hay mujeres que acumulan más de ochenta mil euros en multas por prostituirse en la calle y muchas de ellas no pueden acceder por esa causa a prestaciones sociales y por maternidad.

En su comunicado de réplica concluyen: "Señoras alcaldesas, si os preocupa la situación de las mujeres que ejercen prostitución, asumid vuestras responsabilidades y las de vuestros partidos políticos en el empobrecimiento de las mujeres, en la ausencia de derechos y en las consecuencias que vuestras regulaciones han tenido durante casi diez años. Y por favor, mientras tanto, no nos convirtáis en objetos, no somos carne de vuestras campañas y negociaciones políticas. Somos mujeres con voz y con derechos que defender".