El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero habla este domingo en La Vanguardia de su visión de Cataluña. Su receta por el independentismo es volver al Estatuto de 2006, dejando claro que "en absoluto" se arrepiente de haberlo impulsado y tampoco de la frase que espetó en un mitin del PSC prometiendo que apoyaría el Estatuto que saliera del Parlamento catalán.
Zapatero dice que "hay que ir siempre al origen de los problemas" y por ello él cree que habría que volver al Estatut que se aprobó en 2006. Lo hace reprochando al Constitucional su sentencia, de la que "no compartió el tono". "Todo era adverso y algunos vieron la ocasión para dar un salto, el salto a la nada", dice del clima político en 2010 y del desafío separatista.
El expresidente subraya que él defendió el Estatuto catalán "hasta los límites de la Constitución y según el Tribunal Constitucional incluso" fue "más allá". Y añade que cuando habló de aprobar lo que saliera del Parlamento catalán, no se "refería a un Estatut no constitucional". Defiende después que en 2004 su "proyecto" incluía "una comprensión de la España plural y un intento de que Cataluña tuviera un nuevo escenario". Y dice, sobre sus conversaciones con Artur Mas, que "nunca vio en él a un independentista". En sus encuentros, añade, hablaron del término nación y su inclusión en el preámbulo - "la solución era buena", dice-, de "una posible agencia tributaria catalana" y del aspecto lingüístico.
Cuenta, recordando sus reuniones con Rajoy, que en el tema en le que vio "menos flexible" de los asuntos que trataron, como "el diálogo con ETA" o "las leyes civiles", fue en Cataluña. "Era inflexible cuando se le planteaba una visión plural de España y el reconocimiento de las comunidades nacionales", un término que, según dice, "se barajó". Zapatero apunta también que el "respeto a la identidad catalana" se podría traducir también "en un derecho a compartir", que ve "más avanzado que el derecho a decidir".
El expresidente, que insiste varias veces en "volver al punto de partida", define a su ex interlocutor Carod Rovira como "un romántico del independentismo" y dice que siempre vio en ERC "un alma sensible al destino colectivo de España". Sobre el TC, lamenta que se vio sometido "a todas las tensiones posibles" y recomienda, para el momento actual, "construir, dialogar, acordar". "La fuerza unitaria de la democracia es imparable", apunta.