Otra testigo ha corroborado la versión de las acusaciones en el caso Nóos: que Aizoon, la empresa que compartían al 50% Urdangarin y la infanta, contrató empleados ficticios para obtener ventajas fiscales. Era trabajadora doméstica en el domicilio de los exduques de Palma pero, según ha declarado, en 2007 modificaron su contrato. A partir de entonces, figuró como auxiliar administrativa de Aizoon aunque jamás habría realizado ninguna labor para esa sociedad.
Ella ha defendido que lo supo a posteriori. Sin embargo, se ha advertido una contradicción con respecto al origen del cambio. Porque el marido de la testigo, que también ha comparecido este lunes ante el Tribunal y las partes, asegura que se lo ofreció Iñaki Urdangarin, mientras que la mujer ha manifestado que se lo pidieron ellos mismos para tener acceso a un crédito hipotecario. La abogada de Manos Limpias, Virgina López Negrete, baraja solicitar que los dos antiguos empleados del hogar sean imputados por falso testimonio.
Después, otra empleada de Aizoon ha asegurado que su contrato no se correspondía con ningún servicio real. Según su versión, la testigo de 18 años recibía 60 euros al mes por estar dada de alta en la Seguridad Social sin trabajar. Lo ha defendido en la vigésima tercera jornada del juicio, detallando que antes trabajó para Virtual Estrategies, empresa de Diego Torres. Fue contratada por mediación de Patricia Tejeiro, sobrina del exsocio de Urdangarin, que también figuró como empleada ficticia, tal y como reconoció la semana pasada en la vista ante la Audiencia de Palma.
Recopilar información
Las declarantes han ratificado que no conocían a Urdangarin y han limitado su labor en Aizoon a trabajos de búsqueda de información por internet que recopilaban, imprimían y le hacían llegar en un sobre al marido de la infanta a través de su sobrino Jan Gui, que les pagaba en efectivo 600 euros al mes.