Pablo Iglesias reunirá este viernes por la tarde en su sede de Madrid a todos sus barones, conocidos en Podemos como secretarios generales autonómicos, para intentar solucionar las numerosas crisis territoriales que tiene el partido en territorios como Galicia o la Comunidad de Madrid, también para callar las posibles voces disidentes tras el cese de Sergio Pascual.
El líder de Podemos quiere marcar la estrategia a seguir en estos momentos convulsos para Podemos en los que, además de la división interna entre los afines a Pablo Iglesias y los cercanos a Iñigo Errejón, los problemas territoriales en diferentes comunidades también contribuyen a agravar la crisis.
Este encuentro, en el que no estará Íñigo Errejón, será además la primera toma de contacto de Iglesias con los líderes regionales, tras destituir a Sergio Pascual y ocupar su puesto de secretario de Organización.
Precisamente, la decisión acabar con Pascual será una de las que tendrá que explicar Iglesias. Pero, además, va a tener que tratar otros temas que no son pocos, ni menores.
El primero, el de la crisis que está sufriendo el partido en la Comunidad de Madrid, donde más de un tercio de la cúpula autonómica, diez personas cercanas a Errejón, dimitieron hace una semana con duras críticas al secretario general madrileño, Luis Alegre.
También tendrán que intentar solucionar los problemas surgidos en otros lugares como Galicia y Cataluña. En estas dos regiones, una gestora se encarga de ejercer la dirección del partido a la espera de la celebración de primarias.
Por otro lado, en Cataluña todavía ni siquiera hay fecha para llevar a cabo este proceso a la espera de que Ada Colau avance en la formación de su propio partido. Algo que no gusta a todos, ya que un sector crítico catalán pide forzar un congreso en esta comunidad para renovar la dirección.
Además, se tienen que valorar otras cuestiones como las críticas a las primarias que se han celebrado en el País Vasco, donde se ha elegido una nueva dirección con Nagua Alba a la cabeza y con otros miembros cercanos a Íñigo Errejón.
Otra comunidad con problemas es Cantabria donde también se formó una gestora y en esta ocasión fue a petición del secretario general autonómico, José Ramón Blanco, que pidió a la dirección estatal que se renovaran los cargos debido al "fracaso colectivo" de sus actuales miembros, incapaces de "encauzar la situación".