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Alberto Aza desmiente a la infanta y Urdangarin: la Casa Real no supervisó Nóos

El exjefe de la Casa del Rey ve irrelevante que doña Cristina fuera vocal en el Instituto: "Tenía su vida privada".

Alberto Aza durante la declaración | EFE

La voz de la Casa Real en el juicio del caso Nóos ha desmontado uno de los principales argumentos de Iñaki Urdangarin y Diego Torres. Un escudo que también sujetaba la infanta Cristina, según el cual, la Corona supervisó las actividades investigadas. Alberto Aza, exjefe de la Casa del Rey, ha defendido este miércoles el extremo contrario porque el entorno de la monarquía "no podía ni debía recibir ningún tipo de documentación perteneciente al ámbito privado" de los exduques de Palma. Su declaración ha eclipsado la comparecencia de Rodrigo Rato, la más atractiva por nombre de esta vigésima sesión de vista, pero que no ha aportado ninguna novedad.

La defensa de Torres ha intentado acreditar que el representante de la Casa Real miente, que estaba al tanto de las actividades de Nóos. Ha exhibido una serie de correos electrónicos en los que se aprecia que Carlos García Revenga, secretario de las infantas, reportaba de los negocios a la Corona y empleaba soporte institucional. Alberto Aza ha renegado de Revenga y de Federico Rubio, el asesor fiscal encargado de las declaraciones de la renta de doña Cristina, porque también trabajan en el mencionado ámbito privado. Sí ha reconocido que, a raíz de varios rumores sobre negocios "inapropiados" y previo consejo del asesor oficial, José Manuel Romero, animaron al exduque de Palma a que abandonara el instituto Nóos.

"Nunca se pensó que desarrollasen una actividad irregular". Pero sí se preocupó ante la posibilidad de que Urdangarin incurriera en delitos: "Hay resúmenes de prensa y yo estaba alerta del clima político respecto a Nóos. Hay una serie de cuestionamientos por parte del grupo socialista en Valencia". En este punto, el asesor al que Aza reconoce como propio de la Corona, José Manuel Moreno, le aconseja que invite a Urdangarin a dejar de lado los negocios, "no porque estuviese realizando actividades ilícitas, sino porque las pautas de comportamiento público de los miembros de la Casa Real tenían que ser muy delicadas".

Según Aza, no fue informado de la constitución del Instituto Nóos. Tampoco la Corona encargó ninguna función a García Revenga "en relación con las actividades privadas del señor Urdangarin". El exjefe de la Casa Real no sabe ni "quiénes son" los asesores fiscales del marido de la infanta: "La Casa del Rey no podía ni debía recibir ninguna documentación privada del señor Urdangarin". A pregunta de Manos Limpias, ha añadido que "las competencias están delimitadas y no tiene competencia para traspasar su actividad pública". Y ha extendido el mismo discurso para Cristina de Borbón: sostiene que nunca supo de su incorporación en Nóos, ni que Aizoon formaba parte del entramado.

Los 5 minutos de Rato

La declaración de Rodrigo Rato ha resultado un mero trámite. El exvicepresidente del Gobierno estaba llamado para aclarar si se produjo una reunión en La Zarzuela entre los dos socios de Nóos y Rita Barberá y Francisco Camps. Según Diego Torres, el encuentro con se produjo el 29 de enero de 2004, nueve meses antes de firmarse el Valencia Summit. Rato solo ha verificado "dos o tres" reuniones con los exdirigentes valencianos en su despacho de Madrid. También que "a requerimiento de Su Majestad iba un par de veces a La Zarzuela y alguna vez comenté cuál era la posición de la Administración general del Estado" en relación a la Copa de América de Vela en la capital levantina. Sin embargo, "Urdangarin no estaba presente".

Quien fuera apoderado de Urdangarin en las sociedades del extranjero, en su día imputado por actuar como presunto testaferro, también ha concluído este miércoles su comparecencia. Mario Sorribas ha reconocido estar al tanto de los eventos promovidos por Nóos, aunque no intervino en "la asignación de estos proyectos". Ha revelado que vio escrito en un documento oficial el nombre de Carlos García Revenga en calidad de tesorero del Instituto que da nombre a la trama. Las defensas de los exaltos cargos de la empresa pública Ciudad de las Artes y las Ciencias han dirigido su interrogatorio para demostrar que el acuerdo con Urdangarin y Torres fue de patrocinio porque, en esta modalidad, no había obligación de que se justificaran los casi tres millones de los Valencia Summit.

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