Ciudadanos se resigna: habrá repetición de elecciones por el bloqueo del PP
Los de Rivera creen que el calendario negociador de los populares no es factible y asumen que habrá nueva llamada a las urnas.
Tras la agitada semana de la doble (y fallida) votación de investidura de Pedro Sánchez, las aguas se han vuelto ligeramente más calmas en el Congreso, a la espera de los próximos movimientos. Ciudadanos considera, pese a las críticas, que ha actuado con responsabilidad a la hora de ceder para llegar a un acuerdo de Gobierno con el PSOE. Un importante dirigente del partido afirma en privado que se ha demostrado como falso uno de los sambenitos que le cayó como una losa a Albert Rivera desde el principio de la campaña, el de que su pretensión era sumar en una suerte de "tripartito" con el PSOE y Podemos, cosa que a la vista del NO de los de Pablo Iglesias parece que no volverá a aparecer en maliciosas portadas que tanto enfadaron al líder de Ciudadanos el pasado diciembre. "Veo portadas con cosas que no he dicho" llegó a decir Rivera en conversación sin micrófonos con los periodistas en la recepción en el Congreso del día de la Constitución, en el primer domingo de campaña. Otro sambenito que creen ahuyentado -en el que se emplearon con particular saña contra el partido centrista tanto la izquierda como el PP- es, en palabras irónicas de otro alto dirigente naranja "que queríamos arrojar a las mujeres por los balcones". Lo cierto es el pacto no incluye el igualamiento por arriba, para los actos de violencia intrafamiliares o en parejas homosexuales, del agravamiento de las penas que tienen actualmente los maltratadores de mujeres. En definitiva, creen que por esos flancos ya no se les atacará.
Mirando al futuro, queda claro que el acuerdo con el PSOE está vigente pero que Rivera no es socio de Pedro Sánchez. Miembros del equipo negociador admiten además que la firma del llamado "pacto del abrazo" fue demasiado solemne, como luego señalaría con sorna Mariano Rajoy en el debate de investidura. "Parecía que estábamos firmando la entrada en la Unión Europea" señalan con ironía sobre la firma del acuerdo en la sala internacional del Congreso, la de las grandes ocasiones, con Sánchez, Rivera y los dos equipos negociadores.
La cúpula centrista no quiere por tanto más escenificaciones, ni siquiera la de las cartas cruzadas de los últimos días entre PSOE, PP y Ciudadanos. "Si nos queremos poner a trabajar podemos hacerlo, fijamos una fecha y ya está" asegura un importante miembro del grupo parlamentario, que sin embargo no ve a los populares en una actitud proclive a evitar la repetición de las elecciones en junio: "Quedan muy pocas semanas y ahora quieren que negociemos sobre los cinco puntos que nos mandó Rajoy, pero que cada reunión sea sobre un punto en concreto. Es de locos, no hay tiempo, nosotros con el PSOE hemos hecho un trabajo muy serio y concienzudo" afirman, dejando claro al ser preguntados que "hoy por hoy lo más probable, por desgracia, es que vayamos a las elecciones, parece que el PP y Podemos están jugando a eso".
El cambio de opinión sobre "el soldado Sánchez"
Tres meses después de las elecciones, para Ciudadanos hay dos figuras que salen revalorizadas. La primera es la del propio Sánchez, con el que Rivera no había encajado bien en sus primeros contactos antes de las elecciones. El líder de Ciudadanos tiene cerca a personas con mala opinión del líder socialista y, además, en la formación centrista hay una excelente valoración de su socia en Andalucía, y enemiga íntima de Sánchez, Susana Díaz. Nada más comenzar la campaña Rivera empezó a utilizar por doquier el latiguillo "salvar al soldado Sánchez" una operación en la que se parecía sugerir una especie de conspiración político mediática para mantener con vida al hombre que, pasado el tiempo, ha alabado desde la tribuna de oradores el "coraje y la valentía" de Rivera. Una mención de la que el líder centrista tuvo conocimiento minutos antes de ser verbalizada por el soplo de un informador que ya tenía en sus manos el discurso escrito del secretario general del PSOE.
La otra figura cada vez mejor valorada en Ciudadanos es Pablo Casado, con el que hay un nivel de interlocución más fluido que con otros dirigentes del PP. Los de Rivera consideran que no está siendo tan irresponsable como sus compañeros y que es consciente de que no sería un buen precedente el adelanto electoral.
Por lo demás, en la cabeza de Rivera no está la "operación Borgen" de la que hace meses viene hablando Libertad Digital y que luego ha hecho fortuna en todos los medios. "Ya habrá tiempo" dice alguien muy próximo, cuestionado por la posibilidad que corre por los mentideros de que pudiera ser propuesto por el Rey como candidato de consenso. De momento, tener cuarenta escaños y ser la cuarta fuerza política de España no parece que permita vislumbrar otro futuro que, como mucho, ocupar la vicepresidencia en un Gobierno de coalición. Posibilidad, esta última, nunca descartada en público por Ciudadanos.
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