Torres y Urdangarin bloquean al principal testigo de Nóos
El abogado de Torres ha desatado el pulso jurídico: si Miguel Tejeiro declara podría vulnerar el secreto profesional.
Seguro que la intención del fiscal Pedro Horrach cuando ha pedido la palabra al inicio de la decimoctava sesión del juicio por el caso Nóos distaba de las consecuencias reales. A raíz de su intervención, el Tribunal se ha retirado a deliberar sobre la pertinencia de la declaración de Miguel Tejeiro, uno de los testigos clave. Según señaló este jueves el abogado de Diego Torres, Manuel González Peeters, Tejeiro prestó en su día asesoramiento jurídico a su actual cliente. Como tal, cualquier información confidencial que revelara podría volverse en su contra por vulneración del secreto profesional al que están sujetos los licenciados en Derecho.
Horrach ha acusado de "fraude y abuso procesal" a González Peeters, "porque después de que su cliente, Diego Torres, descargara durante su declaración toda la responsabilidad en relación de los delitos que se le imputan sobre el testigo aquí presente, es una pura contradicción utilizar a través de la vía del secreto profesional el que no declare". El fiscal ha subrayado que "hay bienes jurídicos en conflicto y el secreto profesional no puede primar nunca sobre la inocencia o culpabilidad de las personas que están en el banquillo".
El resto de las acusaciones se han adherido al discurso de Horrach. Algunas incluso han liberado una batería de argumentos jurídicos citando leyes de diferentes conjuntos normativos. En el caso de Virginia López Negrete, representante de Manos Limpias, ha calificado de "torticera" la maniobra del abogado de Torres; y ha obtenido respuesta: "Es cuanto menos grosero que califique mi maniobra de torticera y que me acuse de coacción. A lo mejor se está refiriendo a sí misma porque de pedirle al señor que está sentado como testigo once años, sin ningún tipo de razón va y le retira la acusación...a saber por qué".
Bloqueado
Más de tres horas ha dedicado el Tribunal a resolver la cuestión. Las tres magistradas han acordado el aplazamiento de la comparecencia de Miguel Tejeiro. Y no podrá hablar, al menos no podrá aportar datos privados cuya revelación "atente contra honor y la intimidad personal o familiar" de Urdangarin y de su exsocio Diego Torres, o datos confidenciales de los mismos, a quienes en su día asesoró. Deja abierta una ventana por la que filtrar cuidadosamente otras informaciones: "La obligación de confidencialidad no existe respecto a las cuestiones de contenido patrimonial y tiene que responder a las preguntas", ha comunicado la presidenta Samantha Romero.
Desmentidos
Miguel Tejeiro fue el asesor fiscal y empresarial de la supuesta red de corrupción con epicentro en el Instituto Nóos, según defienden Urdangarin y Torres. Le atribuyen la gestión íntegra de los impuestos y la creación de sociedades para facturar las ganancias de los convenios investigados. El ahora testigo se sentó en el banquillo de los acusados hasta la segunda jornada de la vista oral, cuando Manos Limpias, única en su contra, retiró la acusación de once años de cárcel.
Ahora desmiente de plano a Urdangarin y Torres. Incluso, según defendió este jueves, que la Casa Real supervisara las actividades del Instituto Nóos. También involucra a la familia Urdangarin-de Borbón al completo: "Mi función era ser asesor personal de Urdangarin. Yo le dije que no me parecía bien que en su sociedad estuviesen tres menores de edad". Concretamente los tres hijos del matrimonio que, dice el testigo, figuraban entre los empleados de la sociedad Namatsé. Aizoon se habría radicado para desvincular a los vástagos de las actividades.
Sí reconoció que su hija Patricia estuvo empleada en Nóos sin trabajar. Hasta donde alcanza a explicar, la contratación ficticia perseguía una serie de ventajas fiscales que ofrece la administración cuando se adquieren bienes y generan empleos. Hasta el juicio, habrían respaldado exactamente lo contrario "para proteger a la familia", es decir, a su cuñado.
Retrasos
La decimoctava sesión del juicio ha arrancado con retraso, circunstancia nada habitual en la Escuela Balear de Administración Pública de Palma. Las tres magistradas que componen el Tribunal, Samantha Romero, Rocío Martín y Eleonor Moyà; han dedicado los primeros minutos de la jornada a reorganizar las declaraciones de los testigos. Como ya ocurriera con el interrogatorio a los acusados, el calendario original ha sufrido modificaciones ante el retraso acumulado.
La programación inicial incluía este viernes dos declaraciones importantes en calidad de testigos: la del exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, y el exjefe de la Casa Real, Alberto Aza. Las eventualidades han obligado a corregir lo ya retocado a primera hora. Las dos comparecencias anteriormente citadas se han suspendido, completando únicamente una exempleada de Nóos que reside en Estados Unidos por videoconferencia. Según los previsto, el juicio se reanuda el próximo martes con Miguel Tejeiro y después sería el turno de Carlos Masiá. El notario aventuró que la infanta Cristina era un "escudo fiscal" para la empresa Aizoon.
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