Las obras de arte escondidas en Suiza con las que Marjaliza blanqueó su fortuna
El sumario de la Operación Púnica destapa 25 pinturas, esculturas y grabados valoradas en 15,6 millones de euros para lavar ingresos irregulares.
Para blanquear los beneficios presuntamente irregulares de la trama Púnica, el cabecilla conseguidor David Marjaliza eligió el negocio del arte. Urdió un entramado de empresas que, sobre el papel, efectuaban compraventa de las obras desde España hasta Singapur y viceversa. En realidad, todas esas sociedades estaban vinculadas a Marjaliza y las 28 pinturas, 5 fotografías, 4 esculturas y 185 plumas transferidas con un valor de 4.2 millones de euros llevarían años depositadas en Ginebra (Suiza). Esta cantidad fue de nuevo reingresada en una cuenta del municipio madrileño de Valdemoro culminando el circuito de blanqueo. Lejos de las cifras en las que se produjeron las operaciones, la Audiencia Nacional tasa el material en 15.6 millones de euros.
El juez Eloy Velasco se dirige al Ministerio Fiscal helvético para que le preste asistencia jurídica internacional "en los términos más amplios posibles". La solicitud se enmarca en la parte del sumario desvelada este jueves por el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, armada por 19 tomos con alrededor de 17.500 folios. Entre la batería de diligencias que Eloy Velasco pide a la Fiscalía suiza destaca la entrada y registro en el almacén donde, al parecer, se encuentran depositadas las obras de arte. En segundo lugar, acuerda el decomiso de las mismas por considerarlas ganancias ilícitas.
Esta investigación nace en junio de 2014 a raíz de una querella interpuesta por Anticorrupción ante un posible delito de blanqueo de capitales. El Ministerio Público colocó sobre la mesa los nombres de David Marjaliza y su mujer, Adela Cubas; y Francisco Granados y su esposa, María Nieves Alarcón, que habrían ocultado como socios "importantes ganancias" ilegales "procedentes mayoritariamente de la obtención de ventajas inmobiliarias y fraudulentos contratos con la administración pública", según Eloy Velasco. Considera el juez que gran parte de esos ingresos "han sido desviados al extranjero, instaurando un circuito financiero que ha permitido el retorno de parte de los mismos a España"
Destino de las obras
Gracias a la investigación, Eloy Velasco ha identificado la compra de 25 obras de arte contemporáneo español, adquiridas por David Marjaliza y sus empresas entre los años 2006 al 2012 por valor de 2.7 millones de euros. Fueron transportadas en conjunto a Ginebra. El servicio de transporte fue contratado por Ana María Ramírez Fernández, gerente y testaferro habitual de la trama, en colaboración con el empresario. Se exportaron definitvamente a Ginebra 28 pinturas, 5 fotografías, 4 esculturas y 185 plumas por un valor de 4.2 millones de euros, cantidad que fue de nuevo reingresada en España culminando el circuito de blanqueo del dinero expatriado. El magistrado incluye en su petición un listado de las obras en cuestión:
El destino de las obras fue la empresa suiza Fine Art Transports Nature Le Coultre SA (Avda. Secheron, 6. Ginebra) que, según Velasco, dispone de un depósito franco en Route Du Grand-Lancy Les Acacias Ginebra (Suiza). La empresa de Marjaliza afincada en Singapur contrató en julio de 2014 el depósito. Utilizó la identidad de un intermediario llamadoTan Hian Tejo George. Según la correspondencia y la negociación de precios que se intercambiaron por fax entre Ana Ramírez y los gerentes de la Compañía de Ginebra las salas contratadas pudieron ser dos de 18 y 30 metros cuadrados.
Las obras de arte
Marjaliza adquirió alguna de las obras de arte para invertir y ocultar parte de las ganancias ilícitas procedentes de los delitos de corrupción de la trama Púnica. En el registro del domicilio de Ana María Ramírez, persona coimputada por ser la gestora del patrimonio ilícito de las sociedades de David Marjaliza se ocuparon un gran número de facturas, algunas debajo del colchón de su dormitorio, correspondientes a la compra delas referidas obras de arte.
Se ha localizado el cargo de la compra de un cuadro del pintor Antoni Tápies por importe de 941.000, que fue infravalorado por David Marjaliza hasta los 250.000 euros. El importe estimado de las obras de arte y demás objetos de lujo que pueden encontrarse en el almacén suizo rondaría los 15.688.000 euros teniendo en cuenta que David Marjaliza minoró el valor de las mismas en más del 70%, de su valor real.
Existen indicios que conducen al juez a pensar que las obras de arte siguen depositadas en el almacén suizo por haber pagado Marjaliza a través de sus sociedades en Singapur cantidades correspondientes a los años 2014 y 2015. Por todas estas razones, Eloy Velasco sospecha que la operación de venta de obras de arte constituyó una operación ficticia al objeto de blanquear fondos transferidos desde Singapur.
El delito de blanqueo está precedido por delitos de, entre otros, cohecho, malversación de caudales públicos, fraudes contra la Administración Pública, prevaricación, tráfico de influencias, revelación de secretos, negociaciones prohibidas, fraude fiscal, organización criminal y falsedad en 'documento privado y oficial.
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