La negociación ha dado un nuevo giro inesperado este jueves. Tras el avance con Ciudadanos, con quien el PSOE daba ayer un paso hacia adelante al alcanzar un acuerdo parcial en materia de corrupción, y tras confirmar los socialistas que la semana que viene cerrarían un acuerdo con IU, Compromís y PNV, las formaciones de izquierda han perpetrado una maniobra consensuada a través del partido de menor representación: Izquierda Unida.
Conscientes de que el diálogo entre PSOE y Podemos es prácticamente imposible, Pablo Iglesias le ha dado la vuelta a la estrategia del PSOE, que pretendía cerrar un acuerdo con IU y Compromís con el que presionar a Podemos en la recta final de la negociación para conseguir su abstención. Pero la iniciativa de Alberto Garzón, que este jueves se reunía con Iglesias a las 10:00 horas, ha sido la contraria.
De común acuerdo con el líder de Podemos y Joan Baldoví de Compromís, Garzón ha mandado una carta a las tres formaciones políticas para cerrar un encuentro a cuatro bandas y conseguir formar un Gobierno progresista. Garzón, que hace días veía "factible" que IU apoyará ese Gobierno PSOE-Ciudadaos, hoy daba marcha atrás al asegurar que "los números no nos dan y no nos sentimos cómodos con Ciudadanos. Nunca nos hemos sentido cómodos con Ciudadanos desde que Ciudadanos existe", dijo provocando las risas de los periodistas en la sala de prensa del Congreso.
De ahí su oferta a cuatro bandas que, en palabras del diputado de IU, ha tenido una "buena acogida en general". Desde el PSOE le han respondido que "no es una mala idea y que se la van a pensar"; desde Compromís que les parece "estupenda"; y desde Podemos que "están dispuestos".
A lo que no renuncia Garzón es a que la abstención de Ciudadanos apuntale ese eventual Gobierno de izquierdas, porque, asegura "si no la alternativa es que el PP de Rajoy y la corrupción de Esperanza Aguirre vuelva a gobernar". Esta misma semana, el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, distinguía nítidamente entre los "matices" que les separan del PSOE con "los abismos" que tienen con los partidos más a la izquierda.
Tras reunirse con Alberto Gárzon, Pablo Iglesias ha aceptado la oferta del portavoz de IU para que los equipos negociadores de IU, PSOE, Podemos y Compromís se reúnan. Eso sí, sólo si el encuentro es para "formar gobierno". Podemos mantiene el veto a Ciudadanos, que no podría estar de ninguna manera en esta reunión. "Si el PSOE nos dice que apuestan por una opción imposible que es llegar a un acuerdo de gobierno a la vez con la derecha y con la izquierda nosotros le diremos: 'la política es el arte de lo posible' hay que elegir si se está con el PP y C's o se está con nosotros".
"Creo que en el momento en el que el PSOE diga sí a negociar un gobierno de coalición con Podemos, Compromís e IU, el PSOE habrá elegido en la buena dirección", ha asegurado desde el Congreso. La pinza entre los los tres partidos, Podemos, IU y Compromís, se vislumbraba con las declaraciones de la líder de Compromís, Mónica Oltra desde Valencia, quien abogó este jueves por "un pacto a la valenciana" consistente en "un gobierno compartido en políticas y responsables".
Ciudadanos recula
Un movimiento de las formaciones de la izquierda parlamentaria que motivó la marcha atrás de Ciudadanos. Si este miércoles, José Manuel Villegas descartaba un voto a favor de la investidura del PSOE, este jueves el secretario general del grupo, Miguel Gutiérrez, explicaba ya que podrían cambiar su hipotética abstención por un voto positivo si ambas formaciones alcanzan un "acuerdo global en todos los puntos". Sin embargo, queda ver todavía la intención del PSOE.
Y el PSOE se esconde
Tras la vuelta de tuerca de la izquierda, los socialistas evitaron, por primera vez, comparecer en rueda de prensa tras la reunión de una comisión negociadora. Sin dar explicaciones al respecto, el PSOE volvió a transmitir la imagen de noqueado, en lugar de llevar la iniciativa de las últimas semanas. Incomparecencia tras el encuentro con IU y sin respuesta a la oferta que de Alberto Garzón que ejercía de portavoz al decir que "se lo pensarán". Y siguen pensándolo porque en el Congreso nadie ha querido salir a explicar si el PSOE recoge el guante y gira a la izquierda o continúa explorando la vía con Ciudadanos para la que no salen las cuentas.