Rivera amaga con una abstencion tratando de llevar al límite a Sánchez

Ciudadanos negocia sin descanso con el PSOE, día y noche, echando mano de su mejores activos (este miércoles se ha incorporado a la mesa con los socialistas su portavoz de Hacienda Francisco de la Torre) y considera que no se puede hablar en ningún momento de acuerdos parciales porque, como ha dicho tras la reunión el portavoz adjunto José Manuel Villegas, "esto no se puede calibrar al peso" y por lo tanto, afirma, si cualquier punto de los consideramos fundamentales se queda fuera no habrá acuerdo.

De todo lo anterior cabría deducir lógicamente que si de aquí al lunes, plazo dado por el mismo Villegas, se elabora un documento conjunto entre ambas formaciones, un pacto de Gobierno, el sí de Albert Rivera y sus cuarenta diputados a la investidura de Pedro Sánchez estaría asegurado. Pero lo cierto es que no, como ha aclarado, para gran sorpresa y estupor en el PSOE, el portavoz centrista: "Nosotros estamos trabajando para tener un acuerdo global, que a día de hoy no se tiene. Nos hemos emplazado para el viernes por la tarde tener otra reunión de todo el equipo negociador. La postura del partido respecto a la votación es que votaremos en contra o nos abstendremos, y eso no se ha modificado a día de hoy".

Fuentes de la negociación consultadas por Libertad Digital achacan esta declaración a "una estrategia" consistente en tensar la cuerda, llevar al límite las negociaciones con el partido de Pedro Sánchez cuyo objetivo es conseguir un acuerdo antes del lunes, día en que la Ejecutiva del PSOE debe formular una pregunta sobre la que consultar a la militancia socialista los días 25, 26 y 27 de febrero.

La estrategia de presión de Ciudadanos juega así con los tiempos -favorables para Rivera, desfavorables para Sánchez-, en aras de conseguir pequeñas victorias en los principales escollos entre ambas formaciones. Así las cosas, el portavoz y negociador socialista, Antonio Hernando, trataba de minimizar el órdago de Cidadanos achacándolo a "una intención de Ciudadanos" por "confundir" a la prensa sobre el sentido final de su voto. "También están hablando de convencer al PP", dijo Hernando con media sonrisa y tras explicar que "desde luego, para lo que estamos trabajando es para sumar votos a la investidura de Pedro Sánchez. Estamos convencidos de que esos votos se terminarán sumando cuando alcancemos el acuerdo".

Sin embargo, fuentes socialistas transmitían previamente su incredulidad por la declaración de Villegas, sobre todo tras constatar ambas partes que hay "avances sustanciales" y "ningún escollo insalvable". Algo que se deduce de la propia intervención en rueda de prensa del vicesecretario general de Ciudadanos, en la que Villegas ha puesto de manifiesto lo avanzado del acuerdo en la "lucha contra el capitalismo de amiguetes y contra la corrupción" así como en el modelo productivo y en la política social. Socialistas y centristas han diseñado un modelo para la elección de los altos cargos de organismos reguladores, en el que habrá una selección profesional pero sobre la base de la propuesta de los principales partidos representados en el Congreso de los Diputados.

Las distancias más grandes están están en la cuota de los autónomos, que Ciudadanos pretende exenta para quienes ingresen por debajo del salario mínimo, en Educación, en la eliminación de las Diputaciones Provinciales (medida de Ciudadanos que el PSOE llevó en su programa de 2011) o en el mercado laboral, aunque tampoco hay un abismo. En la última de ellas, Villegas ya ha dejado claro su disposición a felixibilzar dos de sus maximalismos económicos: el contrato estable con indemnización creciente y el complemento salarial.

Con mucho énfasis, Villegas ha tratado de presentar como distanciadas las posturas sobre la unidad de España, aunque el documento que plantea Ciudadanos emana del mismísimo Comité Federal del PSOE. Al respecto, Hernando señalaba que han intentado "facilitar el acuerdo" haciendo referencia a un "órgano interno del PSOE".