Todavía no salen las cuentas pero el PSOE confía en la recta final. Ven cada vez más cerca un acuerdo parcial con Ciudadanos en los dos terrenos que generan más sintonía entre Pedro Sánchez y Albert Rivera: regeneración democrática y medidas sociales. El acuerdo está prácticamente cerrado en medidas para luchar contra la corrupción, democracia interna de los partidos y medidas sociales como ley de dependencia, educativas y derechos de las mujeres. Los escollos de la negociación se centran en terreno económico: principalmente, según el PSOE, en dos puntos: la reforma fiscal -"le falta progresividad", dicen a la propuesta de Ciudadanos-, y el impuesto verde del PSOE, una de las banderas fiscales de Jordi Sevilla a la que se opone todavía Ciudadanos que defiende un impuesto de matriculaciones.
Aún así, en la dirección federal son optimistas sobre cerrar un acuerdo con la formación naranja en los próximos días u horas, aunque creen que el objetivo de Rivera no es entrar en el Gobierno sino apoyar la investidura y ejercer de líder de la oposición con un PP implosionando a nivel interno.
Pero el acuerdo no se circunscribe sólo a la órbita de Ciudadanos. De forma paralela, continúan las negociaciones con otras formaciones políticas con quienes confían en anunciar un pacto esta misma semana con PNV, y la siguiente con IU y Compromís. Con los nacionalistas vascos la sintonía es absoluta desde el primer minuto. Y en el ámbito de la izquierda, IU y Compromís, los socialistas pretenden presionar a Podemos de cara a conseguir su abstención, en la recta final de la negociación.
Con estos apoyos "casi atados" el PSOE se ha lanzado este miércoles a presionar a Pablo Iglesias. "Se acerca el día en que Pablo Iglesias tendrá que elegir si está en el bloque del cambio o en el bloque del todo sigue igual en el que está el señor Rajoy", dijo Óscar López en una declaración convocada en los pasillos del Congreso para responder a la acusación de Pablo Iglesias sobre la "prepotencia y la arrogancia" de Pedro Sánchez.
El portavoz socialista en el Senado respondió a esa acusación diciendo que "Pablo Iglesias y humildad es un oxímoron" y explicó que "ahora mismo hay dos bloques: uno suma 142 escaños del PP, ERC, Democracia y Libertad y Bildu; y otro bloque que suma 208 diputados que podrían hacer posible el cambio, unos con el sí y otros con la abstención".
La comparación con el PP no es baladí. Los socialistas ya dan por perdida la negociación con Podemos hasta el punto de que creen que "podemos llegar a la investidura sin habernos sentado a negociar". Y en consecuencia, creen que Pablo Iglesias mantendría la sorpresa hasta el final y despejará la incógnita el próximo día 2 de marzo y posteriormente el sábado 5 del mismo mes, el día en el que se votaría por mayoría simple en lugar de mayoría absoluta. La comparación con el PP pretende ejercer su fuerza de presión sobre la formación morada. De su abstención depende que Pedro Sánchez consiga ser presidente del Gobierno, pero la dirección federal es cada vez más pesimista. No ocurrirá en la primera votación y ahora tampoco creen que en la segunda. Queda una semana y media de negociación y al candidato socialista no le salen las cuentas. Aún...