PSOE y Podemos se han instalado esta martes en un diálogo de besugos en el que, de momento, nadie quiere dar su brazo a torcer. La cuestión es sobre qué, cuál es la materia en la que rebajar o elevar expectativas, y la discrepancia ahora no es tanto por el fondo -el documento y la negociación-, sino sobre la forma, el quién negocia.
De ese quién negocia depende este martes el cuándo se negocia. El PSOE quiere que las comisiones negociadoras de ambos partidos se sienten este mismo martes ; Podemos, que ni siquiera ha nombrado la suya propia, quiere un diálogo de 'tú a tú' entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
"Yo creo que es una cuestión de cortesía que si le hemos presentado un documento, Sánchez se reúna conmigo para que se lo exponga. No entendería que alguien que quiere hacer un gobierno con nosotros tuviera problemas para reunirse conmigo", aseguró Pablo Iglesias en los pasillos del Congreso. "Si Sánchez va a ser presidente del Gobierno y yo su vicepresidente, deberíamos reunirnos con más frecuencia. Plena disponibilidad por mi parte para reunirnos", dijo Iglesias haciendo hincapié que el que se tenía que reunir era él.
Y así, con cada uno en su posición, sin entenderse, se cruzan llamadas pero no hablan del contenido de la negociación en aras de alcanzar un pacto de cara a la investidura.
"Fuera de cobertura"
Los portavoces de ambos partidos también dieron este martes muestra de este diálogo de besugos. "He intentado llamar a Iñigo Errejón, pero su teléfono estaba fuera de cobertura", dijo el portavoz socialista, Antonio Hernando, en rueda de prensa en el Congreso. "Hablamos casi a diario", respondía su homólogo en Podemos dejando en evidencia a quien capitanea las negociaciones socialistas.
La intención de los socialistas es sentarse "en la mayor brevedad posible, cuanto antes", dijo Hernando, pero la advertencia de Errejón es clara. Como dice Iglesias, si Sánchez quiere hablar tiene que ser con él.
En resumen, que en la formación morada siguen mareando la perdiz aparentemente pero elevando sus exigencias formales de cara a una negociación que no ha comenzado aún. Enfrascados en esta pataleta personalista, ambas partes no han querido aún avanzar el escollo central de la futura negociación: el referéndum en Cataluña. Un asunto en el que el PSOE, mandatado por su Comité Federal, no cederá un ápice, en palabras de la dirección. Y en Podemos lo saben: "Estoy convencido de que podemos llegar a acuerdos y entendimientos en unos casos y en otros no, como es el tema del referéndum", advertía a la salida de la sala de prensa Iñigo Errejón.
Las posiciones a día de hoy continúan tan alejadas como hace tres semanas con una salvedad: ahora se llaman por teléfono aunque se encuentren "fuera de cobertura".