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Génova estalla contra Aguirre y defiende la continuidad de Rajoy

"Ya sé que no soy la niña de los ojos del PP nacional", admite Aguirre. Maíllo enseña la carta de dimisión de González para dejarle en evidencia.

"Ya sé que no soy la niña de los ojos del PP nacional", admite Aguirre. Maíllo enseña la carta de dimisión de González para dejarle en evidencia.
Cospedal y Rajoy en Génova, este lunes | EFE

Se acabaron las medias tintas. El entorno de Mariano Rajoy no disimuló su enfado con Esperanza Aguirre, y pasó al ataque. La ruptura, escuchadas las críticas públicas y privadas, parece total. En las últimas horas, se sugirió que deja el PP de Madrid porque "sabe que saldrán muchas cosas más", se le acusó de intentar "arrastrar a Rajoy" en su caída y de ser "enormemente desleal". "Podría haber tomado la decisión en noviembre de 2014", llegó a decir, a micrófono encendido, Fernando Martínez-Maíllo. "¿Por qué no deja también el Ayuntamiento?", se espetó desde la Moncloa.

Las fricciones entre Aguirre y la cúpula nacional han sido la tónica habitual en los últimos años. "Llevo muchos años en el PP y, desde 2008, me di cuenta de que no soy la niña de los ojos de la directiva del PP nacional", contestó la líder municipal este mismo lunes. Si bien, la maniobra política del domingo supuso un punto de inflexión, según las fuentes consultadas. "Ha pensado exclusivamente en ella y en ningún caso en el partido. Ahora no querrá que, encima, la defendamos", se quejó un dirigente próximo a Rajoy, en conversación informal.

Ya el jueves pasado, después del registro de la Guardia Civil en las dependencias del PP de Madrid, la dirección nacional se apresuró a marcar todas las distancias posibles. "Las explicaciones las tiene que dar Aguirre, no nosotros", se contestó en boca de portavoces oficiales. María Dolores de Cospedal fue durísima en 13TV, y enfatizó que ella cesó como gerente en 2014 a Beltrán Gutiérrez y que fue Aguirre quien le repescó como "funcionario de la casa" manteniéndole su despacho en la sede regional. "Yo no controlo lo que haga el PP de Madrid", aseveró. Horas después, Javier Maroto y Andrea Levy solicitaron, sin dar nombres, "purgas" internas "caiga quien caiga".

Aguirre se vio sola, sin el respaldo de la cúpula nacional, pero no le extrañó. Ya había ocurrido en otras muchas ocasiones. Según su relato, tomó la decisión de dar un paso atrás durante el fin de semana y el domingo por la mañana, poco antes de comparecer, se la comunicó a Rajoy. Le llamó, pero no le cogió. Se cruzaron unos mensajes -"Te comprendo", le contestó el presidente- y, finalmente, conversaron. Pocas personas más supieron de sus planes, para enojo de Génova. Tampoco informó a Cristina Cifuentes, que se enteró de todo por la prensa. Cospedal y la presidenta de la comunidad de Madrid conocieron el domingo que Ignacio González llevaba un mes sin ser secretario general de la estructura regional.

No había terminado de comparecer, y Aguirre ya estaba en el punto de mira del propio PP. "¿Cuáles son las razones reales de su dimisión? Ella sabe que todo puede ir a peor", se deslizó oficiosamente. Desde Génova y la Puerta del Sol, se quejaron de las formas y el "oscurantismo". "¿Cómo es posible que se callara lo de González?", arremetieron. "Quiere hacer daño a Rajoy", resumió un ministro próximo al jefe del Ejecutivo. El domingo, nadie del partido a nivel nacional compareció para ensalzar su legado, como si se hizo cuando dejó la comunidad. "Gracias Esperanza", se escribió en el Twitter oficial de la formación. Rajoy no dijo nada en las redes sociales.

Este lunes, Maíllo, cada vez más próximo a Rajoy, dejó patente el malestar con Aguirre: "La dirección del partido no tenía conocimiento de lo que iba a suceder, ni siquiera lo había hablado con sus vicesecretarios. Es su propia decisión, que como no ha consultado solo podemos respetar", afirmó en Cope. Se quejó, además, de que hiciera público el contenido del mensaje de texto que le envió Rajoy.

Partiendo de esta base, ministros y portavoces autorizados se afanaron en rechazar que Aguirre esté marcando el camino a Rajoy, cada vez más cuestionado internamente, aunque públicamente nadie se atreva a decir nada. De hecho, en cada acto de partido, es ovacionado durante minutos. "Cuando uno asume decisiones personales, las asume porque le corresponde a él mismo y no conviene extrapolar decisiones diferentes para casos que no se parecen", contestó a los periodistas Soraya Sáenz de Santamaría. En este caso, José Manuel García-Margallo coincidió con la vicepresidenta: "Los casos no son nunca equiparables mecánicamente". La propia Aguirre rechazó que haya querido dejar en evidencia al líder nacional.

El asunto fue abordado en el Comité de Dirección, que Rajoy presidió con gesto serio, a tenor de las fotografías distribuidas por el propio PP. Tras el despacho, fue Maíllo el que volvió a dar la cara ante los medios: "La dimisión de Aguirre es individual, personal, concreta y excluyente además de subjetiva", insistió, para a renglón seguido reconocer que ha sido una persona "importante" para el partido. Dicho esto, en lo que se centró fue en defender la candidatura de Rajoy: "La excusa de la corrupción no puede ser definitorio para tratar de impedir gobernar", sentenció.

Entonces, aseguró que en las "próximas horas" se sabría el futuro inmediato del PP de Madrid, y pasadas las ocho de la tarde se emitió un comunicado informando de que Cifuentes presidirá el órgano hasta la celebración del congreso regional, que no se fijará hasta después del nacional. Así, según las fuentes consultadas, la líder autonómica podrá "controlar el partido" antes del cónclave, siempre con “el apoyo” de Génova.

En concreto, Rajoy disolverá toda la dirección regional en el próximo Comité Ejecutivo Nacional. Hasta entonces, Cifuentes negociará con María Dolores de Cospedal y Maíllo los nombres de los integrantes. Juan Carlos Vera, histórico del partido que ya dirigió su campaña, será su número dos en este proceso de interinidad.

Como último golpe a Aguirre, el vicesecretario de organización enseñó la misiva de dimisión de Ignacio González para dejarle en evidencia. La carta tiene fecha del 15 de enero, fue registrada el día 21 y él estuvo en una junta directiva el 22, donde debería de haberse informado de la renuncia. "Tiene razón. Me pareció mejor no interferir con la carta en aquella junta para hablar de elecciones. Mátenme", replicó Aguirre este lunes, tras reunirse en el Ayuntamiento con el Grupo Popular. Dejó claro que no se irá del consistorio en los próximos cuatro años.

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