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Los Tedax, 40 años de una especialidad policial donde "el primer error es el último"

Han intervenido en más de 350.000 incidentes de su creación. 16 agentes han muerto en acto de servicio.

La actividad de diversos grupos terroristas en los últimos años del Franquismo, que utilizaban bombas de fabricación casera tanto para acabar con la vida de sus víctimas como para crear caos y confusión en un Régimen político que agonizaba, hizo plantearse en las altas esferas del Ministerio de la Gobernación la necesidad de crear un grupo especializado de agentes que contasen con suficiente formación como para ocuparse de desactivar estos artefactos explosivos.

Dos atentados terroristas habían hecho evaluar esta necesidad policial como "urgente". El primero de ellos fue cometido en diciembre de 1973 y había acabado con la vida del entonces presidente del Gobierno, el Almirante Luis Carrero Blanco. ETA había utilizado 100 kilos de dinamita Goma-2. El otro tuvo lugar en septiembre de 1974, cuando otra bomba de ETA mató a doce personas e hirió a otras 80 en la cafetería Rolando de Madrid.

Ningún país europeo contaba en esos momentos con un grupo especializado de este tipo por lo que, cuando el Ministerio de Gobiernación ordenó el 31 de enero de 1975, mediante una orden interna de carácter privado, la creación de la especialidad de Técnico Especialista en Desactivación de Explosivos (Tedax), estaba tomando una decisión que iba a ser pionera en el Viejo Continente y que terminarían adaptando el resto de países.

Los primeros agentes fueron formados en la desactivación de explosivos por los artificieros del Ejército de Tierra, que les enseñaron cómo desactivar proyectiles militares convencionales. A partir de ahí, fueron los propios agentes los que tuvieron que aprender de forma autodidacta cómo desactivar artefactos caseros y artesanales. Eran tiempos donde el material y medios con los que contaban eran francamente rudimentarios.

Su prueba de fuego y su primera víctima

La primera promoción de Tedax de la Policía Nacional acabó su primer curso de formación en junio de 1975 y después de varias actuaciones exitosas tuvo que enfrentarse a su primera gran prueba de fuego. En julio de 1977, los GRAPO secuestraron a un técnico de Radio Madrid y dejaron en la sede de la emisora un artefacto compuesto por 59 cartuchos de Goma-2. Los tedax consiguieron desactivar la bomba de forma satisfactoria.

Las cosas no salieron tan bien siete meses después, en febrero de 1978. El Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipielago Canario (MPAIAC) colocó un artefacto explosivo en la localidad de San Cristobál de La Laguna (Tenerife) y éste explotó cuando el tedax Rafael Valdenebro intentaba desactivarlo. Ese día perdió la vida en acto de servicio el primer agente de la unidad.

Robot desactivador y mono de 34 kilos

Mucho ha cambiado la formación y medios con los que cuenta la unidad desde su fundación. Desde hace doce años, por ejemplo, tienen a su disposición un robot -AUNAV- dirigido por control remoto que minimiza los riesgos, que ha sido desarrollado por la propia Dirección General de la Policía. Un robot que, desde su creación, ha ido evolucionando y adaptándose a las nuevas necesidades. También trabajan con un mono y casco de mayor protección frente a explosivos, que pesa alrededor de 34 kilos y protege frente a proyecciones, minimiza las presiones y es ignífugo.

Desde diciembre de 2004, se unen a esta especialidad las competencias sobre incidentes NRBQ (riesgo nuclear, radiológico, bactereológico y química), naciendo la figura del especialista Tedax-NRBQ. Frente a estas amenazas, los especialistas cuentan con tres niveles de protección, el mínimo es una funda de trabajo para recogida de muestras y cuya principal misión es proteger los escenarios, no a los agentes, para no dejar restos que contaminen el lugar, y otros dos trajes de protección media y máxima para encapsularse y aislarse totalmente del medio en casos graves.

En la actualidad, esta especialidad está compuesta por 310 técnicos formados en ambas especialidades: Tedax y NRBQ. Los agentes que están desplegados estratégicamente en grandes ciudades por todo el territorio nacional, lo que permite a la Policía Nacional ofrecer una respuesta a los riesgos de artefactos explosivos y agentes NRBQ de forma rápida y eficaz desde alguno de los 28 grupos existentes, además de la unidad central, ubicada en Madrid.

Quince meses de formación

Para ingresar, los agentes de la Policía deben tener al menos dos años de servicio y un buen expediente, tras lo que deben superar unos duros exámenes sobre física, química, electricidad y biología, además de tests psicotécnicos y una entrevista personal. Tras estas pruebas acceden al curso de especialización, de carácter también selectivo, y en el que durante 15 meses (1.400 horas lectivas) se instruyen en materias propias de la especialidad, con un 50 por ciento de ejercicios reales. Después, realizan un mes de prácticas en unidades operativas.

Los instructores buscan en los agentes estabilidad y control emocional; afán de permanente formación y perfeccionamiento; capacidad de concentración, observación, análisis y toma de decisiones; un acentuado sentido de la disciplina y plena disposición hacia el servicio; además de aptitudes para el trabajo en equipo. Cualidades todas ellas esenciales en un trabajo donde "el primer error es el último", tal y como recuerda el lema de la unidad.

En estos cuarenta años de Tedax en la Policía Nacional, los agentes han intervenido en más de 350.000 incidentes, relacionados tanto con artefactos explosivos como con incidentes NRBQ. Y 16 agentes han perdido la vida en acto de servicio. Los últimos tres fallecieron en julio de 1991, cuando procedían a desactivar un paquete bomba de la banda terrorista ETA.

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