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Celia Mayer pide ahora retirar la denuncia que ella misma interpuso contra los dos titiriteros

Considera intolerable que "dos personas hayan entrado en prisión preventiva incondicional, situación que no debe prolongarse ni un minuto más".

Celia Mayer | EFE

A la 1:33 horas de la madrugada, la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer, ha anunciado a través de su cuenta de Twitter que ha pedido la retirada de la denuncia que ella misma interpuso contra los dos titiriteros presos.

Lo hace tan solo un día después de comparecer, en una brevísima rueda de prensa, donde se jactó de las decisiones que habían tomado "de manera contundente y rápida: la paralización inmediata de la obra; en segundo lugar, la demanda que hemos interpuesto en los juzgados y, en tercer lugar, el cese de quien tiene la responsabilidad política directa de esa contratación, que son los programadores". De hecho, el propio consistorio interpuso esa denuncia la misma noche en que sucedieron los hechos.

La edil incidió este sábado en lo que el propio Ayuntamiento informó el viernes por la noche, nada más conocerse lo ocurrido, esto es, que ella misma y la consejera delegada de Madrid Destino acudieron a los juzgados de Plaza de Castilla para interponer una denuncia por "incumplimiento de contrato", ya que en éste figuraba que el contenido de la obra estaba dirigido a un "público infantil y se produjeron contenidos inapropiados para este tipo de obra".

Ahora, en un texto publicado en las redes sociales, la edil afirma que se ha puesto en contacto con los servicios jurídicos de la empresa pública Madrid Destino, que ella misma preside, "para pedirles que estudien la retirada de la denuncia". Y es que Mayer considera que "no se puede justificar bajo ningún concepto la utilización interesada que se está haciendo de este caso ni la desproporción de los cargos que se les imputan".

La responsable de Cultura –en la cuerda floja por los errores cometidos en la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, así como por la representación de la obra incluida en el programa del Carnaval llevado a cabo por su concejalía- considera que "es intolerable que dos personas hayan entrado en prisión preventiva incondicional, situación que no debe prolongarse ni un minuto más".

Este drástico cambio de opinión de la responsable de Cultura en el Ayuntamiento dirigido por Manuela Carmena se produce después de que el PP haya interpuesto una denuncia contra ella en los Juzgados de Plaza de Castilla por "colaboración en un delito de enaltecimiento al terrorismo, desprotección de menores e incitación al odio".

De hecho, la propia Mayer alude a ello cuando dice: "son varias las denuncias que se han interpuesto ya contra concejales de Ahora Madrid desde el mes de mayo". Es más, según ella "es un ataque a la democracia el que las instituciones judiciales se estén utilizando como herramienta contra este Gobierno municipal"; algo que enmarca en un "intento de distraer la atención respecto a las decenas de casos de corrupción abiertos en la actualidad".

"Pero sobre todo -concluye la edil- esta ofensa tiene el objetivo de desestabilizar un gobierno elegido democráticamente y que representa las aspiraciones de cambio de mucha gente".

En una línea parecida se manifestó este sábado su partido político, Ahora Madrid, y un día después la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que también pidió la libertad para los titiriteros detenidos. También, en la gala de los Goya, el propio Pablo Iglesias aprovechó un comentario del actor Juan Diego Botto para escribir esto en Twitter:

Prisión incondicional

El magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, ordenó este sábado la prisión incondicional para los dos titiriteros "por la comisión de un delito de enaltecimiento del terrorismo y de un delito cometido con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas garantizadas por la Constitución". En el documento, el magistrado explica que los dos detenidos durante el desarrollo de la obra La bruja y don Cristóbal, representada el viernes por la tarde en la Plaza Isabel II de Madrid y ante un público infantil, "escenificaron numerosas acciones violentas", como el ahorcamiento de un guiñol vestido de juez y el apuñalamiento de un policía, y la violación de una monja. Y donde, finalmente, se mostró una pancarta en la que se leía 'Gora Alka-ETA".

Celia Mayer dejó claro el sábado que no piensa dimitir, al menos de momento, e insistió, en contra de lo declarado por los dos miembros de la compañía detenidos, que nadie visionó la obra con anterioridad porque el "método habitual" es que los programadores elijan los contenidos en función de las sinopsis recibidas que, en este caso, "no tenía nada que ver con lo que se produjo en aquella plaza". Preguntada sobre si los programadores no vieron las explicaciones que la propia compañía [Títeres desde Abajo] daba en su página web sobre la obra, donde adelantaban la temática, Mayer respondió que "los datos a los que tenían acceso los programadores eran esos", aludiendo a la sinopsis que la propia compañía facilitó a los programadores.

La edil concluyó diciendo que aunque "hay un clima político de bastante crispación", en este caso "se ha cometido un error en la programación que ha ofendido a gente y nosotros hemos tomado las decisiones políticas que teníamos que tomar".

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