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El Ayuntamiento de Madrid pagó 23.600 euros a las dos personas que programaron los títeres

Uno de ellos cobró 5.600 euros; el otro, 18.000. A la compañía de títeres estaba previsto abonarle 1.000 euros por dos funciones en horario infantil.

Celia Mayer, arropada por su equipo este sábado | EFE

El Ayuntamiento de Madrid pagó 23.600 euros a la dirección artística encargada de contratar a la compañía Títeres desde Abajo, que este viernes representó ante un público infantil una obra en la que se representaba el ahorcamiento de un juez, la muerte de un policía o se indicaba a los niños que tenían que okupar las casas vacías, y que concluyó con la detención de dos de sus miembros acusados de un delito de apología del terrorismo, tras mostrar un cartel en que aparecía escrito "Gora Alka-ETA".

En concreto, se trata de dos personas: "una de ellas fue escogida por su experiencia en el trabajo con los agentes sociales y culturales del distrito de Tetuán", afirma el Consistorio madrileño. "Fue esa persona la que seleccionó las actividades, entre ellas la obra de títeres, que no había sido representada en el momento de la selección y que escogió en base a una sinopsis", facilitada al parecer por la propia compañía pero que difiere de lo que ésta expone en su propia página web. "La retribución acordada con esta persona por las labores desarrolladas" fue de 5.600 euros.

Una segunda persona fue encargada de la coordinación artística del Carnaval por la empresa municipal Madrid Destino. A esta persona se le pagó 18.000 euros, según ha aclarado el Ejecutivo municipal.

El Gobierno dirigido por Manuela Carmena se niega a desvelar los nombres de estas dos personas ni tampoco está dispuesto a confirmar si Ramón Ferrer Prada es el director artístico destituido. No obstante, distintas fuentes consultadas por Libertad Digital coinciden en señalarle a él. Ferrer Prada fue vocal vecino de Ahora Madrid en el distrito de Tetuán, sociólogo de profesión especializado en población, metodologías participativas y comunicación comunitaria y ha trabajado como educador contra la violencia de género en un dispositivo de la Comunidad de Madrid, según consta en su biografía oficial.

En esta biografía oficial él mismo afirma:

Las consecuencias de la nefasta gestión política de nuestra ciudad se muestran en las calles de los barrios: desahucios, represión, hambre, suciedad, pobreza, violencia, enfermedad, muerte, desigualdad, paro, fascismo… Estas situaciones, han sido enfrentadas por grupos de acción, movimientos sociales y organizaciones. En algunos casos, sus propuestas han conseguido revertir políticas injustas, en la mayoría siguen siendo en gran medida experimentales. Sin embargo, el ciclo de lucha en las calles, en las plazas, en el que las personas hemos mostrado nuestro descontento y rebeldía, corre la amenaza de terminarse sin que el grado de organización popular sea irreversible. En cierta manera, podría ocurrir que este ciclo político abierto recientemente, cargado de ilusión y esperanza, diluya el papel que han tenido las organizaciones y movimientos sociales. Ante este escenario la política institucional ha de tratar de contagiar prácticas renovadoras y creativas del tejido social a una población más amplia.

Por otro lado, "la compañía de títeres había sido encargada de dos representaciones en horario infantil con una retribución prevista de 1.000 euros", dinero este que no se ha abonado, según aseguraron a este periódico fuentes del Ayuntamiento.

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