El primer ataque contra la Fiesta Nacional, perpetrado allá por el mes de septiembre, consistió en eliminar la subvención municipal que venía recibiendo la Escuela Taurina de la capital, situada en la Venta del Batán. Justificaron entonces la medida en que el consistorio no podía seguir ayudando económicamente a una institución cuyas actividades no eran compatibles con los derechos de los animales. Argumento absolutamente falso por cuanto en dicha escuela los alumnos practican con simuladores y nunca con animales. Pero el gobierno de Carmena había lanzado su primer torpedo contra la linea de flotación de los toros: su cantera.
Y este mismo martes, en vísperas del comienzo en IFEMA de la Feria Internacional del Turismo, lanzaba el segundo. En este caso ha sido más sutil, menos directo. Han retirado el apartado dedicado a la Fiesta que hasta ahora podía visitarse en la página web municipal dedicada al turismo, esMadrid.com y también han poscrito cualquier mención a los toros en el stand que la capital comparte con la Comunidad de Madrid en FITUR.
Nada les importa que la Plaza de Las Ventas fuese visitada el año pasado por 70.000 personas, el 80% de los cuales eran extranjeras, ni que un millón de aficionados asistieran a los distintos festejos taurinos celebrados en el coso madrileño. Tan sólo les importa, utilizando su vena dictatorial, cargarse todo aquello que suene a España.