Carmen Rigalt, otra columnista de la facción podemita de El Mundo, se enfada hoy con Federico Jiménez Losantos por meterse con Errejón, el cerebrito de Podemos, ese partido -banda, lo llama Federico- que "ha dado vidilla al Congreso" y cuyo "coraje" le resulta "ejemplar".
"El lunes, una pluma ilustre de este periódico se metía con Errejón, llamándole pijoprogre, y de ahí para arriba". Uy sí, mucho más arriba. "Niñato progre", "pequeño Nicolás", digamos que se quedó a gusto.
"Me quedé helada", dice Rigalt. Hija, pues tampoco es para tanto. "Bastante antes, otro le había gritado socialdemócrata. ¿En qué quedábamos? ¿Comunista o socialdemócrata?", se pregunta inquieta.
Y es que confiesa Rigalt que tiene "debilidad por Errejón desde que empezó a frecuentar algunas tertulias". Vamos, desde que nació políticamente. "No sabría definir si se trataba de un interés en calidad de público que asiste a una mesa redonda o más bien era debilidad de madre". Pues no estaría de más que despejaras esa incógnita, Carmen, la diferencia es abismal para un columnista.
"Errejón parece un chico ordenado al que no hace falta perseguir por el pasillo blandiendo unas (¿apestosas?) zapatillas deportivas" y lleva "casi siempre camisa blanca, remangada hasta el codo". Está segura de que aprendió "buenas maneras en su casa" y "de aquí a nada le pondrán una alfombra roja".
No digas más, Carmen, es tu debilidad de madre la que habla por ti. Solucionado el embrollo.