Antonio Baños, el valedor de Artur Mas en el seno de la CUP, no ha podido ejecutar la marcha atrás. Cuando la formación antisistema vetó al expresidente regional, Baños, en un rapto de "dignidad" comunicó a los militantes y dirigentes de la CUP que se mostraba incapaz de defender la negativa a la investidura del líder convergente. Sin embargo, mantuvo el acta. Cuando se desencalló la negociación, tras el "paso a un lado" de Mas, Baños pretendió conservar el puesto, pero en la CUP ya habían tomado la decisión de "aceptar" su renuncia y exigirle el escaño.
Es improbable que CDC no le pague los servicios prestados y su contribución a la fractura de la CUP. El sistema mediático catalán es amplio y Baños da juego en las tertulias. También podrá dedicar más tiempo a su afición favorita. Como buen antisistema y anticapitalista, Baños se proclama antimilitarista, pero acumula una considerable colección de cascos militares y otros objetos de ese tenor. Además, le encantan la música militar, las marchas y los himnos de combate, de cuya audición disfruta como un poseso. Toda una contradicción para quien ha coreado más de una vez el eslogan "militares y policías, la misma porquería".