El palacete propiedad de Jaume Matas ubicado en el casco antiguo de Palma servirá para cubrir la fianza de tres millones de euros que le pide la Fiscalía en el caso Nóos. Empleará la mitad indivisa de la mansión, valorada en alrededor de 1.2 millones de euros, para cubrir una parte del daño causado. En la causa que se investiga, sería responsable de un desvío de 2.6 millones de euros a favor del Instituto Nóos para la celebración de dos foros sobre turismo y deporte.
Se valora como un primer paso de cara al reconocimiento de los hechos. Así pone el inmueble a disposición de la Audiencia Provincial de Baleares, que le juzgará por auspiciar la contratación a dedo de la entidad presidida por Iñaki Urdangarín, rehuyendo los procedimientos ordinarios para beneficiar al marido de la Infanta Cristina y a su exsocio Diego Torres. Su abogado subraya que este ofrecimiento "implica la voluntad" del expresidente de "reparar el daño causado".
Anticorrupción pide once años de cárcel y 30 de inhabilitación para el exministro por un delito continuado de malversación de caudales públicos en concurso, prevaricación, falsedad en documento público y un último de fraude a la administración. Según el fiscal Pedro Horrach, su papel resultó decisivo para que el gobierno balear desviase fondos a la trama.
"Farsa orquestada por Matas"
Los contratos y convenios de colaboración se gestaron como "fruto de decisiones administrativas arbitrarias cuya única finalidad era beneficiar económicamente a unas personas concretas, obviando deliberadamente la utilidad e interés público". Así retrata el Ministerio Fiscal la "farsa orquestada" por Matas.
La investigación del caso Palma Arena ya apuntó a al enriquecimiento presuntamente ilícito de Matas al no corresponderse sus ingresos con los que obtenía como presidente. Durante su primera declaración ante el juez justificó sus dispendios en el cobro de ingresos no declarados por el alquiler de una vivienda de Palma. Reconoció que ocultó parte del alquiler que obtenía por el local, dinero en negro que empleó en la reforma de su palacete valorada en 400.000 euros. De esta forma ventilaba las sospechas de haberla abordado con dinero público.
Operación Buckingham
Jaume Matas pagó en 2009 unos 980.000 euros por el palacete, sobre el que aún pesa una carga hipotecaria cercana al medio millón de euros. El precio dista de los 2.5 millones en los que estaba tasada la infraestructura, circunstancia que alarmó a los fiscales Pedro Horrach y Juan Carrau.
A raíz de ello arrancó la Operación Buckingham, una profunda investigación para averiguar los detalles del patrimonio de Matas mientras ejercía como presidente balear. La Guardia Civil acudió incluso a varios establecimientos en los que Matas compró el mobiliario para el palacete y donde su mujer efectuó lujosas y continuas compras en efectivo, tal y como documentaron los agentes.