Bronca entre los antisistema
En principio, el aplazamiento no está relacionado con la bronca interna en el seno de la CUP. Tras los mensajes en twitter de Xavier Monge, miembro del "secretariado nacional" por la "demarcación" de Barcelona, Josep Garganté, el edil con la palabra odio tatuada en los nudillos, se ha sumado a las diatribas del primero contra Mas y contra los partidarios del "president" en la CUP y ha lanzado dos mensajes en la misma red social. El primero, un aviso para sus conmilitantes: "Nunca habría pensado tanta gente arrodillada por el chantaje de un solo hombre. Como siempre, es más fácil disparar contra el de abajo que contra el de arriba".
El segundo, alude a la circunstancia de que en la asamblea de Sabadell se informó a los asistentes de que los negociadores de "Junts pel Sí", la plataforma de Mas y Junqueras, se negaron a que se grabasen las conversaciones. Garganté se pregunta: "¿Curioso, no? Y nadie lo ha filtrado". La desconfianza entre los cuperos es absoluta. Ya fue motivo de polémica y división entre ellos el hecho de que el voto fuera secreto. A partir de ahí y del empate, las hostilidades dialécticas entre unos y otros se han disparado.
Reacción contra las palabras de Mas
El anuncio del aplazamiento de 24 horas de la reunión del "consejo político" parece más bien la respuesta de la CUP a las declaraciones de Mas del martes en las que afirmaba que "la CUP puede provocar el adelanto electoral pero no tiene poder para decidir quién es el presidente". La contestación ha venido por la vía de los gestos en una nueva humillación del candidato de "Junts pel Sí".
El funcionamiento de la última reunión
El secretariado de la CUP comienza a definir el escenario de la reunión del "consejo político" y del "GAP" (grupo de acción parlamentaria). Como en el caso de la madre de todas las asambleas, el procedimiento vuelve a ser rocambolesco, complejo y abierto al empate, puesto que según algunas fuentes, el número de votantes del "consejo político", en torno a unos setenta u ochenta personas, también es par.
Como primera providencia, se están enviando a las 155 asambleas locales dos opciónes:
A: "Trasladar los resultados de la asamblea nacional (la de Sabadell) a un posible nuevo pleno de investidura bien a través de cinco votos favorables y cinco en contra, o bien a través de la abstención de los diez diputados de la CUP".
B: "Dar dos votos a favor y ocho abstenciones, como traducción de la apuesta de la CUP-CC (Crida Constituent) para la independencia y un proceso constituyente y popular y de la oposición a la continuidad de las políticas de recortes y privatizaciones.
El caso de la primera propuesta es salomónico, puesto que cinco votos a favor y cinco en contra arruinan la investidura de Mas, igual que las diez abstenciones. Es la B la que deben votar los partidarios del presidente en funciones de la Generalidad.
Es posible otro "empate"
En este caso sólo podrán votar los militantes al corriente de pago, que también podrán enviar hasta las doce horas del 31 de diciembre propuestas alternativas, tales como los diputados voten en conciencia, según se especula en los medios nacionalistas.
La interpretación de esos resultados se resolverá en 13 asambleas territoriales, órganos superiores. Pero pase lo que pase en ese selva burocrática, en el "consejo político" con los diputados, que sí tendrán derecho a voto, se intentará llegar a una posición de consenso. Caso contrario, se procederá a una votación que requerirá la mayoría absoluta para alguna de las propuestas, que ahora son dos, pero se pueden ampliar a tres.
Si se da la circunstancia, se seguirá el procedimiento de la pasada y extraordinaria asamblea del empate a 1.515, con sucesivas rondas eliminatorias. Y si aún aún no hay mayoría absoluta, el "secretariado nacional" se planteará una "solución metodológica" para salir del atolladero. Según una de las diputadas de la CUP, Eulàlia Reguant", el domingo se tomará una decisión sobre Mas "sí o sí".