Pablo Iglesias y Pedro Sánchez esperaron hasta esta Nochebuena para mantener su primera conversación tras las elecciones generales. Durante poco menos de media hora ambos líderes pusieron sobre la mesa sus cartas para futuras negociaciones.
Según fuentes del partido morado, el líder de Podemos evitó volver a utilizar expresiones como "líneas rojas", y le trasladó a Sánchez la "importancia" que tiene para su formación la búsqueda de "nuevos encajes territoriales que faciliten la unidad de nuestro país en la diversidad, incluyendo que se celebre un referéndum en Cataluña".
Sánchez recordó al líder de Podemos que la postura del PSOE pasa por llevar a cabo una reforma constitucional que contemple el "derecho a decidir de todos los españoles su propio futuro sin romper la soberanía nacional", es decir "que los españoles voten un nuevo acuerdo, no la ruptura".
Pero el de Podemos expuso además otras prioridades de cara a los posibles pactos postelectorales que serán necesarios para la formación de Gobierno.
Desde Podemos antepondrán para llegar a cualquier acuerdo "la necesidad de que el Parlamento actúe desde ya y apruebe una ley de emergencia social", una iniciativa que Iglesias presentó en Zamora este mismo jueves y que pasa, entre otras cosas, por impedir los cortes de luz y gas a familias sin recursos o paralizar los desahucios.
Iglesias también defendió ante Sánchez su petición de prohibir las puertas giratorias, algo que dicen desde Podemos "no será fácil para el PSOE ya que los miembros del partido en consejos de administración de empresas estratégicas a los que accedieron con puertas giratorias tendrían que abandonarlos o, si se niegan a perder sus puestos, ser expulsados de las filas del partido".
Además de la " necesidad de acometer cambios constitucionales que aseguren la protección de los derechos sociales y medioambientales, que aseguren la independencia judicial y el cambio del sistema electoral".
Una conversación que se produjo este jueves después de que Iglesias cargase duramente contra Sánchez en un artículo acusándole de no mandar en su partido. "Parece que en el PSOE no está muy claro quién manda. Yo no tengo ningún problema en, si el señor Pedro Sánchez no manda, hablar con el comité federal, hablar con la señora Susana Díaz (presidenta de Andalucía) o el señor García-Page (presidente de Castilla La-Mancha)", y propusiese un presidente independiente. A pesar de todo, ambos quedaron en continuar las conversaciones.