Dos días después de las elecciones generales, el gobierno de Ahora Madrid ha anunciado el cambio de nombre de 30 calles y retirará insignias y placas por exaltar la sublevación militar y la dictadura franquista. Lo hace antes de que finalice el año y tras la polémica con el PSOE, que pretendió hace un mes que estos cambios se aprobaran a través de una moción de urgencia.
La iniciativa ha contado con los votos a favor del gobierno de Manuela Carmena, PSOE y Ciudadanos. El PP ha votado en contra de la iniciativa presentada por los socialistas que propone la elaboración en cuatro meses de un Plan de Memoria Histórica en el que se incluirán los nombres de otras tantas calles.
Los cambios, que afectarán a 16 distritos, se llevará a cabo a partir del segundo trimestre de 2016. El resto, añade el Ayuntamiento de Madrid, se detallará cuando se presente el Plan Integral de Memoria de Madrid.
Tetuán será el distrito que más modificaciones llevará a cabo en esta primera fase: cambiará el nombre de cinco calles: Comandante Zorita, calle del General Orgaz, del General Varela, General Yagüe y General Moscardó.
El distrito de la Latina quitará tres: avenida del General Fanjul, calle del General Saliquet y del General Millán Astray.
Moncloa-Aravaca cambia dos: calle del Arco de la Victoria y del General Sagardía Ramos.
Carabanchel: calles de Muñoz Grandes y de General García de la Herrán.
Chamartín: calles de Arriba España y de los Caídos de la División Azul.
Chamberí: calles del General Asensio Cabanillas y del General Dávila.
Fuencarral-El Pardo: plaza del Caudillo y del Primero de Octubre.
Hortaleza: calles del Capitán Cortés y de Estanislao Gómez.
Puente de Vallecas: calles de Crucero Baleares y de Francisco Iglesias.
Salamanca: calles de Eduardo Aunós y del General Mola (sic. Actualmente la calle ya no existe solo una avenida).
Arganzuela: la calle de la Batalla de Belchite.
Centro: calle Juan de Pujol,
Ciudad Lineal: calle del General Kirkpatrick.
San Blas-Canillejas: calle de los Hermanos García Noblejas.
Usera: la calle de Fernández Ladreda.
Barajas: la calle de Hermanos Falcó y de Álvarez de Toledo.
Según ha explicado la concejala de Cultura y Deportes del Ayuntamiento, Celia Meyer, el criterio que se ha seguido para seleccionar estas 30 vías ha sido que "no hubiera margen de ninguna duda o bien incitadores del golpe de Estado -de 1936- o ejecutores de delitos de lesa humanidad que es lo que explica la ONU".
El Ayuntamiento impulsa al mismo tiempo un plan de memoria, en colaboración con asociaciones de memoria histórica y la Cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que incluye una guía para cambiar el nombre de calles, el calendario para hacerlo, los criterios, la cuantía económica y los mecanismos para agilizar los trámites a los ciudadanos. El plazo del que se dota es de cuatro meses. El resto de cambios de calles vendrán de la mano de este plan.
El motivo para elegir esta institución universitaria y no a otras, como por ejemplo la Academia de Historia, es por que "está reconocida por todo el mundo y cuenta con con un bagaje" en estas cuestiones, se ha limitado a explicar Meyer.
También se eliminarán los vestigios franquistas de la lápida de José García Vara, el monolito al Alférez Provisional, en la plaza de Felipe IV, la lápida a los Caídos de Chamartín de la osa (plaza de Duque de Pastrana), el monumento a los mártires en la Sacramental de San Isidro (paseo de la Ermita del Santo) y la placa a los Hermanos Falcó y Álvarez de Toledo, en el distrito de Barajas.
El coste de cambiar cada placa es de 54 euros, ha detallado Mayer en los pasillos del Pleno de Cibeles, cuantía que correrá a cargo de las Juntas de Distrito. La edil también ha planteado traer al Ayuntamiento en cuatro meses "una declaración institucional de condena al franquismo y de reconocimiento a las víctimas de la dictadura".
"Ir más allá del cumplimiento de esta ley"
Ha sido el concejal socialista Ramón Silva el que ha defendido la proposición en el Pleno en una intervención en la que se ha desquitado del desplante que el PSOE sufrió en la sesión de noviembre por la abstención de Ahora Madrid.
Mayer, por su parte, ha destacado desde el Pleno la "importancia de este debate de memoria histórica al haberse esquivado de las instituciones el debate sobre la guerra o la violencia de la dictadura". "Hoy es un día de gran maduración democrática", ha sostenido Mayer, que ha hecho un repaso por las cifras, con 144.000 desaparecidos y 40 años de represión, con un "estado de vulneración de derechos humanos, reconocidos por informes internacionales".
"A pesar de ello muchas calles están presididas por aquellos que tuvieron responsabilidad directa en actos atroces, considerados crímenes de lesa humanidad por estas organizaciones. Hay que poner fin a esta situación de desmemoria, dejación e impunidad", ha defendido la edil. Celia Mayer ha expuesto que llevan meses trabajando con las asociaciones de memoria histórica para ir "más allá del cumplimiento de la ley". No se trata de ir a un "decreto institucional de la memoria" sino afrontar "el derecho a la memoria desde la pluralidad, con una óptica plural y diversa".
Los criterios para sustituir los nombres
Ahora se trabaja en los criterios para sustituir el nombre de esas calles recordando, en palabras de Mayer, a "las mujeres invisibles en el callejero, a los oficios y profesiones que han dado riqueza a la ciudad, a los madrileños que han contribuido a generar ciudad y a los movimientos que han luchado para conseguir servicios públicos".
El PP no ha respaldado la proposición por no aprobarse una enmienda de adición, en la que añade que se reconozca a las víctimas no sólo de la persecución y violencia de la Guerra Civil sino también aquellos que lo fueron "por razones políticas, ideológicas o de creencia religiosa". Celia Mayer ha explicado que este añadido ya se incluye en el título de la Ley de Memoria Histórica y, por lo tanto, en la proposición.
La concejal de Ciudadanos, Sofía Miranda, por su parte, ha relatado en el Pleno la experiencia de su familia, con un miembro de ella fusilado por tener una escopeta en casa. "Se sigue utilizando la memoria histórica como arma arrojadiza. Es una obligación moral cerrar heridos. Ya vale una España de bandos. Esa España de bandos no me representa, no quiero más división, sino reconciliación", ha declarado, con los aplausos de PP y Ciudadanos.
"Reconocimiento sí, pero memoria no", ha criticado el socialista Ramón Silva. La proposición se ha aprobado con los votos de Ahora Madrid, PSOE y Ciudadanos y con los aplausos de los dos primeros grupos, mirando a los representes de las asociaciones de memoria histórica. Incluso la concejala de Latina y Carabanchel de Ahora Madrid, Esther Gómez, lo ha hecho poniéndose en pie.