Ciudadanos es según todas las encuestas el partido que ganará las próximas elecciones generales en Cataluña, con nueve diputados. A escasa distancia se sitúa En Comú Podem, marca catalana de los podemitas. La pugna electoral se había desarrollado hasta ahora sin incidentes, pero un escrache de la PAH frente a la sede central de Ciudadanos en Barcelona y el ataque a la que tiene en la segunda ciudad catalana, Hospitalet (donde el partido naranja ganó en las pasadas autonómicas), han abierto la segunda semana de campaña.
El discurso de Ada Colau este domingo en Madrid parece premonitorio de lo que habría de ocurrir este lunes. La alcaldesa de Barcelona, que se ha volcado en la campaña de Podemos, arremetió contra Ciudadanos con extrema dureza. En primer lugar atacó a Carina Mejías, presidenta del grupo municipal de Ciudadanos en Barcelona. De ella dijo que había estado once años en política con el PP. Después atacó a Juan Carlos Girauta, del que dijo que se había presentado tres veces por el PP y a partir de ahí se desató:
Estos señores y señoras que se autodenominan Ciudadanos tienen mucha experiencia en el PP, pero donde no tienen ninguna experiencia es en la calle. Los que llevamos mucho tiempo en la calle no los hemos visto nunca ni parando un desahucio, ni defendiendo hospitales, ni defendido escuelas. Estaban haciendo cursos de oratoria y de retórica en escuelas privadas y en masters de pago. Y encima tienen la osadía, con todo lo que ha pasado en este país, de no asumir las demandas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Ciudadanos no incorpora en su programa la paralización de los desahucios, los realojos, el alquiler social y la dación en pago retroactiva. Defienden a los bancos y a las empresas del Ibex y tienen la cara dura en sus mítines de decir "Sí se puede".
En ese momento, comenzó a gritar: "¡Lávese la boca, señor Rivera, antes de decir sí se puede! ¡Lávese la boca! ¡No en nuestro nombre! ¡Si quiere gritar sí se puede, póngase delante de las casas desahuciadas y grite entonces sí se puede! ¡Jueguésela como se la ha jugado medio país delante de la Policía y delante de los bancos! ¡Sólo entonces le dejaremos decir sí se puede!".
24 horas después, miembros de la PAH, de la que Colau fue máxima dirigente y portavoz, se plantaban delante de la sede de Ciudadanos en un escrache, la disciplina de "política" callejera que la alcaldesa condal tanto se enorgullece de haber practicado.
Las pintadas y los destrozos en las sedes de Ciudadanos, PP y hasta el PSC no son un fenómeno extraño en la Cataluña del "proceso cívico, pacífico, festivo y democrático", tal como lo definen sus promotores. Incluso se había producido escraches en contra del PP y de Ciudadanos protagonizados por militantes de los partidos separatistas, pero es la primera vez que la PAH, la organización contra los desahucios desde la que Ada Colau saltó a la alcaldía de Barcelona, monta una acción en plena campaña electoral, en este caso contra la formación de Albert Rivera e Inés Arrimadas.
Decenas de miembros de la PAH se plantaron este mediodía delante de la sede central de la formación política, en la calle Balmes y llenaron los cristales con pegatinas de su organización para ocultar los carteles electorales. En Hospitalet, la sede amaneció con pintadas e insultos.
Durante los últimos días, Rivera se ha convertido en el centro de todos los ataques políticos en Cataluña fruto de una estrategia para salvar el proceso y alertar sobre el auge del partido constitucionalista. La ANC apunta a Ciudadanos como enemigo a batir en un ambiente político caldeado por la falta de acuerdo, de momento, entre Mas y los antisistema de la CUP.
