La muerte del policía español en Kabul ha estado presente en el mitin de Albert Rivera en Alicante, primero de su mini gira por el Levante español, que rematará este sábado en Murcia y Valencia. El candidato centrista ha comenzado pidiendo un aplauso de homenaje a un "servidor público muerto mientras defendía nuestras libertades" y ha cerrado su discurso pidiendo un minuto de silencio en su memoria. El líder naranja no ha dejado pasar la ocasión de referirse críticamente a quienes no respetan a las fuerzas de seguridad y ha vuelto a reivindicar una gran alianza internacional que combata la amenaza terrorista global y en la que se implique la UE ya que, ha dicho, "ser europeo no es sólo llevar euros en el bolsillo".
Por lo demás, Rivera ha puesto en marcha la estrategia de campaña en una de las zonas de España donde aspira a obtener un mejor resultado. Algo que no casa con lo modesto del recinto elegido, un auditorio del Palacio de Congresos alicantino con un aforo de apenas seiscientas personas, muy por debajo de las posibilidades de movilización del partido, como prueban las centenares de personas que han tenido que quedarse en la antesala siguiendo por pantallas el acto. La estrategia, como cometan fuentes del equipo de campaña, pasa por acatar los supuestos "puntos fuertes" de sus rivales. La gestión en el caso del PP y la apuesta por el modelo federal en el caso del PSOE, precisamente en una comunidad plagada de casos de corrupción que afectan a los populares y cuyo Gobierno han recuperado los socialistas merced a un pacto con los nacionalistas de Compromís. Acuerdo que se produjo tras rechazar la oferta de colaboración que el propio Rivera les hizo después de las municipales de mayo, que incluía la alcaldía de Valencia para Ciudadanos, que en la ciudad del Turia obtuvo más votos que el PSOE.
Con ese plan táctico en la mente, hemos escuchado a Rivera mofarse, sin nombrarlo, del expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, todo un símbolo de la corrupción que han sufrido los valencianos, no en vano hoy en la cárcel. El candidato centrista pedía inversiones razonables en infraestructuras para que no haya más "aeropuertos hechos para los nietos, a los que luego ni siquiera se les pueden enseñar aviones. Me río por no llorar" ha afirmado con las sonrisas cómplices del público alicantino. Rivera también ha asegurado que no se puede llegar a un pacto nacional por la educación, una de sus grandes apuestas, si "se pacta con los nacionalistas".
En una comunidad donde el asunto es especialmente sensible, Rivera ha abogado por un sistema de financiación autonómica justo que respete "la igualdad y la autonomía". Una afirmación que hacía después de culpar a Mariano Rajoy de que no se haya renovado desde hace un año el sistema por no "haberse atrevido a enfrentarse a sus barones territoriales".
Una telonera local de peso
La líder centrista en Valencia, Carolina Punset, ha abierto el acto con críticas muy duras a los nacionalistas y dando paso a la número uno de la provincia, Marta Martín, toda una revelación como oradora en una campaña donde los cabezas de lista, salvo los ya consolidados como Juan Carlos Girauta en Barcelona o Luis Salvador en Granada, no han estado a la altura. Martín ha hilvanado un discurso cercano, con referencias populares como las canciones de Burning "me pregunto qué hace una chica como yo en un sitio como éste" o la literatura de Vargas Llosa, con firmeza y soltura en el escenario, algo no siempre fácil dado que Ciudadanos prescinde del atril, pero sin descuidar asimismo el fondo político. Así, Martín ha presumido de que Ciudadanos es el único partido "comprometido con un Plan Hidrológico Nacional", un asunto sobre el que el programa del partido dice que “debe ser una competencia estratégica nacional”.
Rivera pernocta esta noche en Alicante para estar el sábado en Murcia y Valencia.