Albert Rivera ha pisado este domingo el Congreso por segunda vez en su vida, por primera de manera oficial, como invitado a la recepción del aniversario constitucional. Además de reiterar ante los medios que está en marcha la operación "salvar al soldado Sánchez", el intento del PP de fortalecer a su rival más débil, el candidato centrista ha charlado largo y tendido con los periodistas que se aglutinaban en el salón de los Pasos Perdidos. Aproximadamente una hora ha estado contestado a preguntas de todo tipo, antes de partir a Barcelona, donde ha querido hacer campaña precisamente en el día que se conmemora una Constitución que, ha recordado, "votaron masivamente los catalanes en 1978. Por eso yo digo Visca la Constitució".
Rivera ha dejado traslucir, como ya hiciera el sábado en su mitin de Tarragona, su enfado con las portadas de los grandes grupos de comunicación de los últimos días. En particular por la del diario La Razón, que titulaba una entrevista con un falso entrecomillado dando a entender que la intención del candidato centrista es ser presidente del Gobierno con el apoyo de PSOE y Podemos. El diario de Planeta ha rectificado el titular en su edición digital, pero posteriormente, tras las críticas de Ciudadanos, ha decidido volver al titular original. "Yo respeto un artículo de opinión, una determinada interpretación editorial, pero me parece increíble leer por la mañana frases que no he pronunciado" ha asegurado, aunque en tono tranquilo. A nadie se le oculta las importantes conexiones de su rival en el debate del lunes en Atresmedia, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, con varios de los grupos de comunicación que están trasladando la idea de que Rivera buscaría el apoyo de Pablo Iglesias para llegar a La Moncloa.
Rivera confía en un gran resultado en las urnas el 20-D y se muestra convencido, incluso, de superar las últimas encuestas, ya de por sí favorables al partido naranja. En cuanto al elevado porcentaje de indecisos, que el CIS cifraba en un 41%, Rivera considera que, en contra de la intuición general, estos terminarán votando o a Ciudadanos o a Podemos en lugar de al bipartidismo.
Más con periodistas que con políticos
Rivera ha encabezado una amplia delegación de Ciudadanos en la recepción oficial, con muchos de los que integrarán el futuro grupo parlamentario, entre ellos su número dos José Manuel Villegas, Francisco de la Torre, Marta Rivera de la Cruz, Patricia Reyes, Miguel Gutiérrez o Elena Faba. Los líderes madrileños del partido, Ignacio Aguado y Begoña Villacís, le han acompañado en todo momento. El candidato centrista ha llegado al pull de prensa después que Pedro Sánchez y antes que Mariano Rajoy, y al igual que el presidente del Gobierno, ha sido el único que no ha comparecido ante las cámaras con colaboradores a su lado. Tras el acto, ha saludado brevemente a Rajoy, muy cerca de Iglesias y del líder de UPyD, Andrés Herzog, quienes han departido más tiempo con el jefe del Ejecutivo. Luego ha tenido que cruzar medio salón para estrechar fugazmente la mano de Pedro Sánchez, y cuando lo ha hecho, sonriendo, se le ha escuchado decir "faena completada". Antes de salir, por deseo de su pareja, Beatriz Tajuelo, siempre en un discreto segundo plano, se han acercado al hemiciclo, aunque sin pasar al centro del mismo. Cuando estaban a punto de abandonar la cámara baja rumbo al AVE para Barcelona, ambos han charlado efusivamente con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.
La próxima vez que Rivera pise el Congreso, será ya como diputado y líder de uno de los principales grupos parlamentarios.