Las reacciones en contra del delirio separatista en Cataluña han sido muchas y variadas a lo largo de los últimos años. Empresarios, deportistas y medios de comunicación han expresado sin tapujos su rechazo al yugo rupturista que reina desde hace años en Cataluña, provocando la ira de los separatistas.
La hemeroteca ofrece ejemplos desde hace más de un lustro. Por ejemplo, en 2008, el Gobierno de la Generalidad (entonces en manos del Tripartito) arremetió sin pudor contra el semanario británico The Economist quien había denunciado en un comentario editorial el "dogmatismo lingüístico" de los separatistas. La entonces consejera de Justicia de la Generalidad, Monserrat Tura, calificó aquel reportaje de "preocupante" y tachaba la información del semanario británico de "difamatoria" e "insultante".
Si en lugar de ser un medio de comunicación extranjero es un famoso deportista quien bromea con estas cosas también sienta mal a los separatistas. Así, futbolistas como Sergio Ramos -cuando sugirió a un periodista de TV3 responder una pregunta "en andaluz"-; Andrés Iniesta -cuando dijo sentirse español y catalán-; pilotos de Fórmula 1 como Sebastian Vettel -que se reía de un reportero de TV3 por decir que no era español, sino catalán- o el deportista y broker catalán Josef Ajram -que fue insultado por fotografiarse con una bandera de España- han desatado la ira de los separatistas.
Uno de los ejemplos más recientes ha sido el protagonizado precisamente por el broker y deportista catalán Josef Ajram, quien subió a las redes sociales una fotografía en la madrileña plaza de Colón, junto a la gran bandera de España que preside ese enclave capitalino. Junto a la foto escribió: "Viva España". La fotografía recibió decenas de insultos en las redes sociales, lo que provocó el enfado del deportista, quien se preguntaba "¿En qué país de mierda vivimos que pones una bandera de tu país y te insultan?".
Pero no sólo los deportistas han sacado de quicio a los separatistas catalanes. Empresarios como el dueño de Freixenet provocó la de los rupturistas por desmarcarse del discurso dominante en Cataluña y apostar por la "unidad" como hizo en uno de sus últimos y esperados anuncios navideños. Sufrió un boicot con el llamamiento del entorno de Convergencia, ERC, la ANC, Omnium Cultural y la CUP para dejar de comprar cava de esa marca en Navidad.
En cualquier caso, han sido muchas otras las ocasiones en las que los intransigentes de la estelada y la barretina han embravecido. Una vez, porque ridiculizaron a Mas tras aparecer en TV3 rotulado como "líder mundial". Otra vez, porque Financial Times llamó al presidente Mas "chapucero" y al desafío separatista, "locura". O cuando el periódico alemán Die Welt tachó de "mafia al separatismo". Todo apunta a que los enfados de los rupturistas no terminarán en tanto que no lo harán tampoco las críticas al desafío de Mas y Junqueras.