Hartos de las "filtraciones interesadas", de las presiones para que hagan presidente a Mas y de la acusación persistente de que pueden ser los causantes del colapso del "proceso" separatista, los dirigentes de la CUP han dado máxima publicidad a un texto de cincuenta páginas en el que esbozan todo lo que piden a Junts pel Sí para apoyar la candidatura de quien sea, menos Mas. Han editado cincuenta mil folletos que comienzan con un par de estrofas de una canción de Raimon: "(Venim) d'un silenci antic i molt llarg, de gent sense místics ni grans capitans". El panfleto se titula "¿Y ahora qué? Hilo en la aguja".
Menos líricos y más explícitos se muestran con la definición del presidente o presidenta ideal para la república catalana, cargo que "debe recaer en una opción de consenso, no ligada al ciclo anterior (autonomista), que abra una nueva etapa no vinculada a los recortes ni a los casos de corrupción". Es decir un perfil en el que no encaja Artur Mas ni a martillazos. De hecho, el documento de la CUP incluye una relación extensa de casos de corrupción que salpican a Convergencia, así como un listado de expropiaciones de viviendas, paralizaciones de proyectos industriales, el establecimiento de una renta mínima de inserción y un programa de "choque" y "transformación" más ambicioso que el de Podemos o el sector más radical de Syriza.
La tensión entre los diputados de la CUP y los de Junts pel Sí afectos a Mas es máxima. El presidente en funciones y candidato frustrado tiene ante sí la negativa en redondo de los antisistema y la pasividad de Oriol Junqueras y Raül Romeva en las negociaciones. Ambas partes se declaran "atornilladas" a las mesas de negociación y Mas acepta todos los planteamientos rupturistas. Incluso se sometería a una cuestión de confianza a los diez meses para que la CUP pudiera verificar el cumplimiento de los compromisos, pero la puerta está atrancada.
Dos citas clave
Se perfilan dos citas clave. Este domingo, la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium han convocado una concentración en el parque de la Ciutadella para exigir a la CUP que invista a Mas. Y la CUP tiene previsto celebrar una asamblea general el próximo 29 en un lugar aún por determinar. En esa asamblea, en la que participarán miembros de la CUP de los "Països Catalans" y hasta el partido "Estau Aragonés", se decidirá el futuro de Mas y le pintan bastos.
En Convergencia no pueden disimular su desolación mientras que en ERC ofrecen un "cheque en blanco" a la CUP. Aceptan todas sus condiciones y, además, esperan obtener los votos de los electores del partido antisistema en las próximas elecciones generales.
El documento del partido de extrema izquierda describe un calendario de ruptura similar al que plantea Mas, pero acentúa los perfiles anticapitalistas e insurrectos.
Reacción de Mas y tensión con Junqueras
La reunión en el monasterio puede ser tensa, habida cuenta de que Junqueras comienza a tomar protagonismo. Este mismo viernes ya se ha erigido en interlocutor preferente con la CUP para pedirles que recorten la lista de peticiones porque "la Generalidad está en una situación desesperada". Del perfil del "candidato de consenso" que exige la CUP no ha dicho nada, como nada tampoco sobre Mas. A quien sí se ha referido es a las organizaciones ANC y Òmnium, con las direcciones controladas por Mas. La manifestación de ambos grupos prevista para el domingo no le gusta a Junqueras porque "no se debe presionar a la CUP".
Por su parte, Antonio Baños no se sale del guión en ninguna de las decenas de entrevistas que atiende. Mas no puede ser el presidente de una república que "va de abajo a arriba". Si el proceso colapsa y hay que convocar elecciones otra vez será culpa de Mas, insiste.