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Andalucía desaparece como el Guadiana

Sólo parece importar una región de España y las demás, Andalucía especialmente, duerme el sueño más injusto

Suele creerse que el río por excelencia de Andalucía es el Guadalquivir, pero hay quien baraja la hipótesis de que el río que mejor representa los vaivenes históricos de Andalucía es el Guadiana. Dicen los creadores literarios que una de las preguntas básicas de su quehacer es ¿Qué pasaría si...?. Pongamos un ejemplo. ¿Qué pasaría si una mañana los gaditanos observaran con terror que el mar había desaparecido y con él, su actual alcalde, Kichín Salvochea, como le han llamado con finura de daga? Y, ¿qué pasaría si España se levantara un día y Andalucía hubiera desaparecido, desgajada de la gran balsa de piedra y dejando a Marruecos a 14 kilómetros de La Mancha? Algo así, exageradamente, claro, es lo que está ocurriendo desde el enloquecimiento que ofusca a Cataluña. Sólo parece importar una región de España y las demás, Andalucía especialmente, duerme el sueño más injusto. Durante años, desde el caso Juan Guerra hasta la alianza regeneracionista PP-IU, desde los casos Chaves al fraude de la formación pasando por la incongruencia de Ciudadanos a apoyar al régimen más corrupto de España, Andalucía, si bien con altibajos, ha existido en la opìnión pública española.


Desde hace un tiempo, unos meses, Andalucía ha vuelto a desaparecer. Como hace su otro gran río, el Guadiana va y viene por la Historia, a veces en la superficie y a veces en la umbría de las cuevas. Desde el siglo XV, para abreviar, Andalucía, la Sevilla de entonces, fue puerta de América, que luego se cerró en Cádiz. Luego fue preocupación de los ilustrados y renació en el siglo XIX con la primera industria española y luego fue apagada, ya viene de lejos, por la prioridad catalana. El franquismo la postergó y parecía que la democracia de 1978 iba a ser el momento de su reencuentro con el desarrollo y la libertad. Pero 33 años de oscuridad después de un régimen socialista casi todopoderoso, Andalucía, que sigue siendo la campeona del paro y de la "mala" educación, con servicios muy inferiores a la media nacional, ha sido borrada del mapa por el carajal de Cataluña donde, por cierto, residen casi dos millones de andaluces y descendientes. Andalucía, a pesar de si situación geoestratégica, de su hercúlea identidad cultural y social -esto sí que es identidad, como subrayó Ortega -, de su potencial económico y de su - debería serlo -, peso político, ha desaparecido del mapa de la prensa nacional.

Pondré uno ejemplos para que vean todo lo que ha sido "oscurecido" en sólo una semana, para regocijo de los mandamases de su régimen, Ciudadanos incluido en una esquina del mismo por derecho propio, que disfrutan comprobando que de aquí a las elecciones aquí no se va a mover ni el Levante.

Nadie ha destacado a escala nacional el informe sobre los tremendos incumplimientos políticos de Susana Díaz respecto a Andalucía, desde las carreteras pendientes al Metro - centímetro se burlan por aquí -, de Sevilla pasando por la sanidad malagueña. o la andaluza, a la cola de la sanidad nacional. Nadie ha destacado que Ciudadanos se haya rajado, ¿o sí o no? sobre el Impuesto de Sucesiones que estudiarán una y otra vez hasta el año que viene, el otro o nunca mientras que al alimón con el PSOE está consintiendo el fraude de la Comisión de Investigación sobre el fraude de la formación con 170 toneladas de papeles para la eternidad.

No hay eco general de los nuevos corruptos ligados al régimen, un mandamás sindicalista agrario de UGT y otro alcalde socialista, ahora de "Junta-Umbría",, con nepotismo de por medio y el fraude de la formación a la espalda. Pero asómbrense: sí saltó la noticia de que la juez del caso Aznalcóllar donde dijo digo ha dicho ahora diego tras siete imputaciones, renuncio aprovechado por el ala vociferante de Susana Díaz para culpar a la Policía y al gobierno de Rajoy de conspiración. Se le olvida destacar, naturalmente, que la Junta-PSOE exigió a empleados públicos que pidieran el voto para el régimen en 2012 y que incluso exigió estadillos de las empresas y colectivos visitados.

Resulta ademas que todos los planes de urbanismo de la Junta han sido suspendidos por el Tribunal Supremo, con grave daño a la industria de la construcción, pero silencio que se rueda cuesta abajo. La nueva juez de los ERE, la juez Bolaño, tras haber liquidado a la galardonada juez Alaya, confiesa ahora que se equivocó en el auto que le sirvió para laminar a su "compañera". Ni una palabra sobre el intento de Juanma Moreno de terminar con una mala costumbre popular; la acumulación simultánea de cargos, básicamente, alcaldes, diputados, senadores, etc. Tampoco sobre la denuncia que pesa sobre Susana Díaz por su incapacidad para limitar los nombramientos a dedo.

Un tenue rayo de luz parece haber caído sobre el uso confuso y probablemente irregular que la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez que manda menos que un municipal de Puerto Real, ha hecho con el dinero del Parlamento europeo. Nadie cree que la verdadera dirección de los "moraítos", la eclesiástica, no tenga que ver con el descubrimiento de gastos como festejos y pago de campañas electorales con el pérfido olvido de donarlo a causas sociales. Si hay que ablandar a la fiera, se la ablanda.

Pero nada. Sólo hay Mas y Mas con CUP o sin CUP. En fin, que Andalucía, y no sólo ella pero preferentemente ella, ha desaparecido del mapa informativo nacional en un momento en el que las encuestas advierten que para el futuro inmediato el entendimiento del nuevo R2 - el viejo era Rodrigo Rato -, de esta compleja España lunática será el dúo Rajoy-Rivera, si bien ya se apuesta que para el futuro mediato Rivera, que ya ha hecho manitas con Susana Díaz, la llevará del brazo a La Moncloa.

A lo mejor entonces, salimos en este Sur, que todavía existe, creemos, del 30 por ciento de paro y de la tragedia colectiva de no tener futuro ni regeneración a la vista. Ole.

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